"La circular es la línea 6 que gira sobre sí misma y es gris. El egocentrismo no tiene color". En líneas de transporte circuló esta historia. Desde las subidas y bajadas a lo largo de las estaciones y los recuerdos y no recuerdos de la infancia, Félix Albo, presentado como mediterráneo, transportó al público a historias inéditas en la ciudad. De casas grandes, de porches y de lugares cerca del mar, como Benejúzar, o la casa donde viven las golondrinas que le gustan a su padre.
Organizador del festival desde sus inicios, también fue el encargado de abrir la edición de este año invitando a los asistentes a acercarse a él como si fuese un niño que va a contar un secreto. Ese secreto es todo un repertorio de artistas que lo acompañan desde todas partes de la geografía española y conectan, de nuevo, las historias de jóvenes y adultos, contadas o cantadas. Como lo será Sheila Blanco el sábado, en una actuación dedicada a las poetas de la Generación del 27 o su propia actividad dedicada a los álbumes ilustrados infantiles. Félix Albo aprovechó la presentación del programa para presentar al colectivo "Mujeres que mueven Cuenca", que introdujo al narrador de la misma manera que se irá haciendo a lo largo de todo el festival. Con la propuesta del apoyo mutuo entre pequeñas empresarias y autónomas conquenses, este colectivo plantea la reactivación de la ciudad, en la que el festival DPalabra es un referente de movimiento de actividad cultural desde hace 15 años, que celebra esta edición.
Los cuentos de Albo fueron revelando otros secretos, como los círculos dibujados por su amigo sobre un gran perro salchicha o sobre una casa, para animar a una niña pelirroja que podría ser cualquiera de los adultos presentes, perdidos entre las dependencias de Urgencias.
Zumbel, nombre con el que ha titulado este espectáculo, es esa cuerda que hace girar el chompo cuando se juega, y que en sus historias, guarda las heridas de la vida en forma de nudos. Félix Albo vino a ayudar a deshacer los nudos de los adultos a través de voces de niños, "aunque estuvieran muertos". Zumbel son esas voces valientes de niños, seguras de lo que ven y sienten, aunque sean ancianas con uñas largas que duelen y hacen llamar a su madre a gritos.
Un viaje de ida y vuelta desde lo infantil a lo adulto que se podrá seguir disfrutando en la actuación del miércoles con el cuentacuentos Héctor Urién, que traerá fragmentos de "Las mil y una noches" en una actuación que dará se comienzo a las 19:00 en la Sala 2 del Auditorio de Cuenca.
