Aunque finalizaron ya por este trimestre las semanales convocatorias del programa “Los martes, en la Academia”, la actividad de la RACAL no cesa por completo: aparte de las tareas que pudiéramos llamar internas como las mensuales reuniones de su asamblea general, los encuentros de trabajo de los componentes de su Mesa Directiva y la conformación del nuevo próximo número de su revista “Académica”, mantiene abierta hasta el próximo día 23 en la sala de Exposiciones Temporales del Museo de Cuenca, en la calle Princesa Zaida, la muestra antológica que desde el pasado marzo ha significado un acercamiento al total de la obra del fallecido pintor conquense Óscar Pinar –un acercamiento que se va a complementar y completar con un volumen sobre su figura y trayectoria que ya está tan sólo a la espera de su impresión– y va a seguir programando, de manera más puntual, citas cara al público en el salón de actos de su sede en la segunda planta del edificio de las antiguas Escuelas de San Antón.
La más inmediata es a presentación, este martes 21 de mayo, de la antología poética “Leer después de quemar” del escritor valenciano Rafael Soler. El acto, que se iniciará como de costumbre a las ocho de la tarde, contará además de con la presencia del autor del volumen, con las intervenciones de los escritores Rafael Escobar y José Ángel García en convocatoria, como siempre, libre y gratuita para cuantos quieran asistir.
Rafael Soler nació en Valencia en 1947 y reside en Madrid. Narrador a la par que poeta es autor de dos novelas –“El grito” y “El último gin-tonic” –, de diversos libros de relatos y de los poemarios “Los sitios interiores (sonata urgente)”, “Maneras de volver”, “Las cartas que debía”, “Ácido almíbar” y “No eres nadie hasta que te disparan”, parte de los cuales se recogen en la antología que se va a presentar en la RACAL, antología que es la tercera de su obra tras las anteriores “La vida en un puño” y “Pie de página”.
Eso sí, esta nueva selección de su obra –llevada a cabo por Lucía Comba– no adopta la habitual presentación cronológica de la mayor parte de las antologías al uso sino que se conforma casi como un nuevo libro al reestructurar su contenido en media docena de apartados atendiendo a la que podría considerarse afinidad argumental de sus contenidos.
De todas formas es un antología que da una perfecta medida del hacer poético de su autor, un hacer en el que, bajo una apariencia un en muchas ocasiones transgresora subyace, en palabras de José Luis Morante, “una voz que se caracteriza por un fuerte componente sentimental, nacida en los distintos ámbitos de la experiencia, que vela su subjetividad con la ironía y el rechazo de cualquier impostura trascendente” e “impulsa una escritura dada a la sugerencia, que exhibe en sus versos un rico instrumental lingüístico al abordar la escenificación de lo existencial”.