“Cualquier población que se vea amenazada por una instalación nuclear tiene que conocer los detalles de esta industria, y muchos de ellos están en este corto”. Son palabras de Eduardo Soto, director de ‘La Fuga Radiactiva’, un cortometraje que advierte de las consecuencias que tendría un posible accidente en el cementerio nuclear que se proyectó construir en Villar de Cañas, y que tras su estreno en Cuenca inicia un recorrido que le llevará a distintos puntos del país y también de Europa.
La primera cita será en Madrid, en torno al 11 de marzo, fecha en la que se conmemora el octavo aniversario del accidente nuclear de Fukushima (Japón), el más grave de la historia después de Chernobyl, y será además el acto central de la reunión que celebrarán las asociaciones antinucleares de Europa.
“Estamos en contacto con Greenpeace y Ecologistas en Acción para cerrar las fechas, y de momento no sabemos si será el 11, el 12 o el 13 de marzo, sí que con toda probabilidad será en El Teatro del Barrio”. Un acto al que según señala se invitará a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. “Y, en caso de que no acuda, le mandaremos la cinta”, apostilla
Además, Soto destaca que igualmente se están cerrando fechas para presentarlo en otras ciudades como Barcelona, además de mantener contacto con asociaciones antinucleares francesas, italianas y alemanas a las que les han ofrecido proyectar el corto en sus países. De hecho, señala que en estos momentos ya se está subtitulando.
Por lo demás, La Fuga radiactiva’ se presentará en festivales de cine de corte social y tiene previsto “ir a cualquier sitio donde nos llamen”, como ya ocurrió tras el estreno que tenía lugar este viernes en el Centro Cultural Aguirre de la capital provincial.
“Cualquier pueblo o ciudad que quiera proyectar el corto se lo vamos a ceder para que lo haga. Creemos que la información es fundamental para que se pueda generar un debate consciente en torno a la energía nuclear, además en un momento crucial sobre el modelo energético español y europeo”.
En este sentido, destaca que ‘La Fuga Radiactiva tiene un formato que es casi documental puesto que de alguna manera se está tratando de hacer una labor pedagógica con todo lo que se cuenta.
ESTRENO
El estreno en Cuenca ha sido “todo un éxito”, el salón de Aguirre se llenó entre invitados y personas que acudieron al evento llamados por la curiosidad del filme. De hecho, algunos tuvieron que quedarse fuera al completarse el aforo.
“Estamos muy contentos con el resultado del proyecto. La dramafestación con la que se inició el rodaje en la Plaza Mayor de Cuenca fue muy complicada, por las altas temperaturas, por lo complejo de unirlo a la protesta social y porque prácticamente teníamos a toda la ciudad en contra. Hoy, tras el estreno, una señora que ha venido al ver que había alguna actividad en el Centro Cultural se me ha tirado a los brazos y me ha dicho que esto lo tendría que ver todo Cuenca, y esto es lo importante, para esto hemos hecho el corto”, apostilla Soto.
Fue en 2018 cuando, tras un largo periodo de información que llevó al equipo de la Fuga a realizar un amplio periplo por la provincia, comenzó la grabación de este corto que tiene como objetivo "escenificar un futurible radioactivo que no deseamos a Cuenca ni a nadie", como así reza en la leyenda con la arranca el filme, en el que se explica que fue en 2010 cuando se designó a Villar de Cañas como sede para acoger el Almacén Temporal Centralizado ( ATC) que debería albergar los residuos nucleares de alta actividad de las 7 centrales en activo de España. Si bien, "La plataforma Anti-ATC congregó a un gran equipo de activistas que neutralizó durante ocho años el desarrollo de las obras con la protesta, la información y la ley”, señalan.
El estreno del film, que arranca con la recepción de un aviso en la redacción de un medio de comunicación que informa de un terremoto ocurrido en Villar de Cañas, al que sigue una fuga radiactiva que obliga a evacuar la capital provincial, llega en el momento en que hemos conocido que el proyecto del cementerio nuclear se queda sin presupuesto este ejercicio. Un panorama muy distinto al que encontró el equipo de la fuga cuando decidió iniciar su proyecto cinematográfico.
Y esto, dice Soto, “es una gran motivación” y una muestra de que el activismo funciona. “No sé si ha sido la gota que colmaba el vaso para que el nuevo Gobierno tomara consciencia de que este es un proyecto inútil, pero sí sé que se removieron consciencias y mucha gente procuró informarse mejor de aquello de lo que no tenía ni idea”.
Eso sí, el director de la Fuga advierte de que no se puede bajar la guardia ante la paralización transitoria del proyecto y por eso considera de gran importancia dar una difusión amplia al corto debido a la gran desinformación que, según afirma, hay sobre la gestión de los residuos radiactivos.
“Lo que necesitamos es que el corto remache esa idea de acabar con el ATC, no en el sentido de darle martillazo sino de proporcionar la información suficiente para que si el proyecto vuelve a ponerse en marcha esas personas sean conscientes del riesgo que asumen”, concluye.