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"Todo sigue ahí" (Una antología esencial) de José Ángel García

Nada en la poesía de José Ángel García es caprichoso o está dispuesto al azar. Bien al contrario, es un poeta riguroso y coherente hasta el extremo
"Todo sigue ahí" (Una antología esencial) de José Ángel García
16/12/2018 - Francisco Mora

Ni siquiera aquellos que / me saben / sospechan / la verdad / de mis mentiras. He querido comenzar la reseña sobre el libro de José Ángel García, Todo sigue ahí (Antología 1977-2017), con este breve poema de su libro inédito No me llames dadá, porque me parece muy significativo sobre el quehacer –casi de toda una vida- de este poeta que, desde hace tiempo ya, nos resulta completamente necesario. Obviando la paráfrasis pessoana más o menos encubierta que el poema guarda (“el poeta es un fingidor…”), lógica en un autor que tiene por maestro, entre otros muchos, a Fernando Pessoa, digo que es especialmente representativo de la poesía –e incluso la poética- de José Ángel porque en él sintetiza la constante y principal preocupación de toda su obra, desde el primero hasta el último de sus poemarios: el lenguaje, la representación a través de la palabra como tema fundamental que vertebra toda su poesía; eso sí, una palabra vivida, asombrada, ensimismada a veces, ante la extrañeza del propio vivir (en su dolor y en su gozo) del que manan las casi ilimitadas posibilidades expresivas que, a modo de herramientas, utiliza el poeta en su afán perpetuo de extraer a esa palabra hondamente vivida toda su esencia; dicho por Ángel Luis Luján, que abre la antología con una introducción magistral, “hacer vida de la palabra es dar vida a la palabra, y en ello en definitiva se devana la obra entera de José Ángel García”.

Y es que, aunque a un lector desatento pudiera parecerle lo contrario, nada en la poesía de José Ángel García es caprichoso o está dispuesto al azar. Bien al contrario, es un poeta riguroso y coherente hasta el extremo que enhebra sus versos de un modo tan personal que, de hacerlo de otra forma, perderían gran parte de su sentido último, de esa búsqueda de la esencialidad en la que al poeta le va la vida toda. Me explico: si observamos con atención el breve poema con el que comenzaba yo esta reseña, comprobaremos de inmediato que se compone de dos endecasílabos que dispuestos al modo tradicional leeríamos así: Ni siquiera aquellos que me saben / sospechan la verdad de mis mentiras; que estaría muy bien, sin duda –con su hiato y todo-, pero el poeta no lo ha querido así porque, quebrándolo, fragmentándolo, consigue otra cadencia, un ritmo otro en el que el silencio cobra tanta importancia como cada una de las palabras escritas, a la manera de una partitura musical en la que, huelga decirlo, sin sus silencios no hay música. Al penetrar el silencio / sé, afirma José Ángel en otro de sus poemas “esencializados”. Y es esta una constante, insisto, en toda su obra, ya se nos muestre en todo su esplendor en poemas de tono más coloquial e irónico, en el más aparentemente críptico y barroco, en el más cotidiano y demorado (el de versos de largo aliento) o, en ese otro, tan depurado y sutil (aunque no por ello menos hondo) que vengo comentando, donde los espacios en blanco de la página tienen vuelo propio: un vuelo tan alto que profundiza en la raíz misma de su decir, si se me permite la paradoja.

La compilación de poemas que José Ángel García nos ofrece en su libro es muy amplia (261 páginas) y, aunque ordenada cronológicamente del primer al último de sus poemarios publicados, la ha compuesto de tal forma –agrupada en diversas secciones con título propio- que, en realidad, el resultado es un libro nuevo, en el sentido de que nos sugiere una lectura diferente de aquello que, no por conocido, nos va a resultar menos sorprendente. José Ángel García es, ha sido y será siempre un poeta moderno, es decir, apegado a su tiempo –como quería Machado- y, en consecuencia, participa de la concepción de la poesía, de los libros de poemas, como un todo, como un largo poema inacabable e inabarcable –por larga que sea su trayectoria- en el que, por desgracia y por fortuna, no cabe el punto final. Además de una amplia selección de sus catorce libros de poemas publicados, vamos a encontrar en esta antología –como guinda impagable- una muestra decantada de sus cinco poemarios inéditos hoy. Un lujo que haría mal en perderse el lector, porque la mayoría de los libros de José Ángel o están descatalogados o son imposibles de hallar y, como digo, sería una pena, para los buenos degustadores de poesía, no acompañar al poeta –que siempre requiere de lectores cómplices- en esta su: tensa / peculiar historia / la del verbo / silueta perpetua en equilibrio / al filo / de / la acción / y / del / si / len / cio.

Todo sigue ahí (Antología 1977-2017)

José Ángel García

Ed. Vitrubio. Madrid, 2018