Un grupo de niños y niñas de entre diez y doce años miran empedernidamente el móvil hasta que acaba surgiendo un “pequeño jaleo”. La escena, que resulta bien cotidiana, forma parte de Lucanor, obra basada en el texto clásico de Don Juan Manuel y que ha sido escrita por Juanjo Alfaro, bibliotecario de Villar de Olalla, para el taller de teatro de esta activa biblioteca, que tiene previsto estrenar la pieza el próximo 1 de mayo.
El taller surgió hace más de dos décadas por la propia afición de Alfaro por el teatro y es una de las actividades con “más solera” de la biblioteca de esta localidad del cinturón de Cuenca. De hecho, a la propuesta, dirigida a alumnado de 5º y 6º de Primaria, hasta le han sacado un meme: “No eres de Villar de Olalla si no has hecho teatro con Juanjo”.
La actividad ha tenido que reinventarse en los dos últimos años debido a la pandemia, sustituyéndose la obra de teatro por un vídeo y un audio ilustrado, respectivamente. Hasta que el pasado enero, el grupo retomó los ensayos con el deseo de pisar de nuevo el escenario. La obra elegida para su vuelta reinterpreta El conde de Lucanor, un texto al que Alfaro llevaba tiempo “dándole vueltas”.
“Me gusta hacer teatro social, que te haga pensar”, cuenta. El problema era cómo traer a la actualidad los cuentos con moraleja que conforman este clásico. Al final, se le ocurrió introducir las nuevas tecnologías para trabajar con estos chicos temas candentes en el presente como la excesiva preocupación por el número de likes obtenidos en redes sociales, el ciberacoso o la proliferación de determinados youtubers con planteamientos “no muy convenientes”.
MORALEJAS
Para tratar estas cuestiones, la obra que representarán ha seleccionado cinco de los cuentos de El conde de Lucanor. Una de ellas es El zorro y el cuervo, en el que el astuto mamífero adula hasta la saciedad al ave con el propósito de quitarle un trozo de queso. El objetivo es aprovechar esta historia para advertir a los jóvenes de los peligros del afán de buscar incansablemente aprobación en las redes sociales: como en la fábula de Don Juan Manuel, deben tener cuidado con aquellas personas que dicen demasiadas cosas bonitas sin motivo aparente porque quizás pretenden engañarles y conseguir algo de ellos.
Un grupo de diez niñas y ocho niños darán vida a Lucanor, si todo va según lo previsto, el próximo 1 de mayo en el salón de actos de la Casa de la Cultura de Villar de Olalla, donde la biblioteca también tiene su sede. Para ello, ensayan desde el pasado enero los lunes y los miércoles, una hora cada día, aunque Alfaro les dio los textos antes de Navidad para que se fueran familiarizando con la pieza. Y también tiene la intención de aprovechar las vacaciones de Semana Santa para hacer ensayos más largos.
“Es una obra muy coral. Todos los niños aparecen en el escenario todo el tiempo. Están con los móviles hasta que se percatan de algún problema. Y entonces, uno les dice: ‘¿Es que no conocéis el cuento de...’? Y así se van introduciendo las historias de El conde de Lucanor”, explica el bibliotecario de Villar de Olalla.
El teatro es un pretexto más para animar a la lectura y ayudar a que los más jóvenes conozcan unos clásicos que no siempre son bien entendidos en esas etapas, cuenta Alfaro. “Los utilizo mucho pero adaptados a la actualidad y a estas edades”, señala, detallando que también ha trabajado con textos de, por ejemplo, William Shakespeare, Miguel de Cervantes o Antoine de Saint-Exupéry.
Coincidiendo con la efeméride del Día Mundial del Teatro, que se conmemora cada 27 de marzo, nos adentramos en uno de los ensayos de este taller. Sobre el escenario del salón de actos de la Casa de la Cultura, tres escaleras de madera y los niños actuando, ataviados de negro y dándole al móvil. Abajo, Juanjo Alfaro corrige entonaciones, pide pronunciar más claro y hablar más alto, recuerda los textos a los más olvidadizos. A ratos, también se le escapa la risa con las ocurrencias de estos pequeños actores y actrices, que dicen divertirse mucho en escena.
¿Qué es lo que más les gusta? “Disfrazarnos”, contestan, sin dudas y al unísono, caracterizados como ciegos, ladrones, un policía, ancianas, pobres..., papeles que les tocará interpretar a lo largo de los cuentos que conforman esta obra, de la que también destacan por unanimidad “el final”, en el que salen una vez más a la palestra los dichosos móviles y en el que se invita a una gran reflexión. Pero hasta aquí podemos leer.
Lo de aprenderse los textos no lo llevan tan bien como disfrazarse, reconocen los pequeños. “Hay que trabajarlos más”, admite el responsable del taller.
Y ¿alguno quiere dedicarse al mundo de la interpretación en un futuro? “Bueno...”, ni confirman ni desmienten. Aunque con independencia de lo que pase en el futuro, lo que está claro es que disfrutan mucho con esta actividad: “Nos lo pasamos muy bien”, dice Mateo, de diez años.
MÁS ACTIVIDADES
El taller de teatro es solo una de las múltiples actividades que se desarrollan en esta prolífica biblioteca municipal, sostenida por el Ayuntamiento de la localidad y que cuenta con más de 760 usuarios en una población de poco más de 1.200 habitantes. Talleres de lectura y cuentacuentos, con diferentes actividades según la edad, y La Oca Lectora y el León Lector, unos divertidos juegos literarios, son algunas de las propuestas del espacio, que también ofrece clubes de lectura para adultos.
Además, también se desarrolla un club de lectura con el colegio del municipio en el que se tratan temas relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Alfaro lleva lotes de libros al centro educativo y luego hay una charla en la biblioteca en la que se deja que los alumnos "se expresen", complementada con diferentes actividades como torneos de lectura y scape room. El nombre de esta propuesta ya lo dice todo: “Lee en el cole y en casa; debate y juega en la biblioteca”.