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La Sala de los Cineastas: pasión por compartir el séptimo arte

Esta iniciativa llega a Cuenca con la idea de generar encuentro y debate en torno al cine español independiente y contemporáneo
La Sala de los Cineastas: pasión por compartir el séptimo arte
De izq. a der.: Nuria Giménez, Minerva Campos y Luis López en los Multicines Odeón.// Foto: A.D.V.
01/05/2022 - Alejandro del Valle

Decía Woody Allen en Delitos y faltas (1989) que ir al cine era como hacerle novillos a la vida. Pocos placeres como sumergirse en la pantalla para dejarse llevar por lo que ocurra, y Cuenca ha tenido la ocasión en las últimas semanas de hacerle auténticos novillos a la vida gracias a una iniciativa que trata de acercar lo más independiente del séptimo arte al público conquense.

Se trata de la Sala de los Cineastas, actividad organizada por el Vicerrectorado de Cultura, Deporte y Responsabilidad Social y la Facultad de Comunicación de la Universidad de Castilla-La Mancha en colaboración con la Unión de Cineastas.

Con los Multicines Odeón como punto de encuentro, La Sala de los Cineastas echó a andar con la proyección de Espíritu Sagrado (2021) y el posterior coloquio-debate con su director, Chema García Ibarra, y la directora de arte, Leonor Díaz.

La segunda sesión tuvo como protagonista a Nuria Giménez Lorang, directora de My Mexican Bretzel (2019), film avalado por su éxito en festivales como el de Rotterdam, Nueva York, Valdivia, Montreal o Gijón.

 

LOS LUNES AL CINE

El proyecto nace en las grandes urbes de Madrid y Barcelona, pero en el caso de Cuenca, sigue el ejemplo de Málaga y Murcia, donde ha gozado de una gran acogida. Minerva Campos -docente en la Facultad de Comunicación- junto a Luis López -también profesor, además de ganar el Goya en 2021 por El año del descubrimiento- son los artífices por parte de la Universidad de este proyecto.

Minerva Campos, que llegó a Cuenca en octubre, pertenece a la Unión de Cineastas desde 2015. Tras participar activamente en las sesiones de Madrid, asegura que tenía en mente aplicar la fórmula de esta iniciativa a otras ciudades en caso de que tuviese que trasladarse. Agradece así la inestimable ayuda tanto de la Facultad de Comunicación y Vicerrectorado de Cultura como de la Unión de Cineastas.

Apunta la docente también a una necesidad de ligar la actividad cultural universitaria con la local, pues, con triste frecuencia, se ven desvinculadas una de la otra. “Nos parece que este proyecto es una manera de encontrar esa sinergia, ese encuentro y diálogo entre personas que a lo mejor no se encuentran en otro tipo de sitio”, manifiesta. Así pues, a pesar de estar orientada al estudiante, está abierta a todo el público en general, conteniendo la obra y el posterior coloquio-debate un carácter didáctico de gran valor.

 

La Sala de los Cineastas: pasión por compartir el séptimo arte

CON GANAS DE MÁS

Que las segundas partes nunca fueron buenas se ha desmentido más de una vez en el cine, y la Sala de los Cineastas quiere sumarse a la lista. La experiencia piloto de dos sesiones ha dejado con ganas de más tanto a organizadores como al público, que ha respondido con creces a esta bonita iniciativa.

Campos destaca que desde la parte organizativa han quedado muy satisfechos con la primera sesión. Acudió medio centenar de personas a pesar de que contaron con un escueto margen de tiempo para publicitar el acto. “La respuesta por parte de los estudiantes y la gente de Cuenca fue estupenda, porque el debate fue muy animado y muy productivo para todos”, declara la docente.

De igual modo lo corroboraba en la segunda sesión Nuria Giménez, quIen tras la presentación de My Mexican Bretzel agradecía la acogida que su obra . “Increíblemente bien, estoy alucinando todavía, contentísima”, relata Giménez, quien valora especialmente  el número de asistentes puesto que los lunes suelen ser un día más flojo en taquilla, por lo que asegura quedarse “con las ganas de estarse un poquito más en Cuenca”.

Teniendo en cuenta estos halagüeños precedentes, la “secuela” de La Sala de los Cineastas aún no puede confirmar al 100% su presencia de cara al próximo curso dado los numerosos agentes implicados en el funcionamiento del proyecto. No obstante, desde la organización aseguran que su intención es continuar con él, máxime en vista de la buena recepción que ha recibido.   

 

PERFECTOS DESCONOCIDOS

Iniciativas de este tipo cobran mayor mérito todavía en la medida en que difunden ese cine que, desafortunadamente, está alejado de los grandes focos y, sobre todo, de las carteleras de los cines habituales.

En este sentido Minerva Giménez Lorang señala que la Sala de los Cineastas se habilitó con el fin de dinamizar el “segundo circuito”, que tiene que ver con los centros culturales y educativos, así como las salas no comerciales. Puntualiza que el recorrido de este tipo de cine tiene una amplia y exitosa vida gracias a los festivales, pero a la hora de la distribución comercial se ven significativamente limitadas a un circuito de grandes capitales y plataformas online, donde tampoco ocupan las portadas de la interfaz con la salvedad de estar enmarcada en el contexto de algún festival online o iniciativa puntual.

Así, este modesto “Cinema Paradiso” se convierte en un espacio cultural ideal para darle voz a ese cine independiente español contemporáneo que, sin duda, no deja indiferente al espectador gracias a su inherente carga autoral.

 

La Sala de los Cineastas: pasión por compartir el séptimo arte

HABLE CON ELLA

Sin duda, el encuentro con las personas que hay detrás de la obra supone el gran aliciente para acudir a estas sesiones. Son pocas las ocasiones en las que el consumidor tiene la oportunidad de hablar y compartir sus impresiones, inquietudes y comentarios con la persona que hay detrás de la obra. “Es muy estimulante poner las películas en contexto y hablar de ellas en un entorno desenfadado, familiar y sin complejos”, indica Minerva.

Se produce así un diálogo tan enriquecedor para el espectador como para la artista, tal y como expresa Nuria. La directora del film protagonista de la segunda sesión asegura que el intercambio de ideas y comentarios con el público es “muy inspirador”. Como se suele decir sobre el arte, hay tantas interpretaciones como espectadores haya, y esto es algo que aprecia, asegurando que siempre acaba descubriendo nuevos puntos de vista sobre su propia obra.

Asimismo, aprovecha para lanzar una última reflexión en “defensa a ultranza”, como ella misma lo llama, del cine físico, cuya experiencia no se puede igualar en casa ni mediante el mejor equipo audiovisual.

La Sala de los Cineastas llega al epílogo de momento, pero con sus mejores deseos de volver pronto. Todo sea por disfrutar de una pasión, compartirla, y, por qué no, hacerle novillos a la vida.


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