En la noche de este sábado día 14 tendrá lugar el alumbrado de la Feria de Abril de Sevilla y el Real se llenará de algarabía y color durante días. Cuenca y su provincia no podían ser menos y se sumarán a esta cita con numerosas fiestas, públicas y privadas, a lo largo y ancho de su geografía a las que pondrán sonido un grupo de jóvenes músicos que está dando mucho que hablar: ‘Sabor y duende’.
En tan solo cuatro años, Diego Lumbreras, Jesús Jiménez, Iván y Asier Saavedra, y Ramón Fernández, han conseguido estar presentes en bodas, fiestas de pueblo y flamencas, comuniones y otros muchos eventos llevando su arte y, como ellos mismos dicen, su “alegría”. No solo en tierras conquenses. Gracias al boca a boca han actuado también en Valencia, en el resto de provincias de la región, e incluso varias veces en El Rocío.
“Este mes de abril lo tenemos cubierto de actuaciones, tanto en municipios conquenses como en fiestas privadas en la capital”, cuentan a Las Noticias dos de sus componentes, Diego y Jesús. “Vamos a poner la banda sonora y todo el sabor y duende, y va a ser todo igual que en Sevilla, salvo el acento”, bromea Jesús, quien recalca que “nuestro objetivo es hacer feliz a la gente haciendo lo que nos apasiona”.
A lo largo de estos días no faltarán las sevillanas y las rumbas, pero en su repertorio habitual figuran temas de Los Chichos o Los Chunguitos, las bulerías y los fandangos o el pop más actual. Como cuenta Diego, “nos adaptamos al tipo de público y cantamos casi todo lo que nos piden”. ‘Sabor y duende’ surgió de la forma más casual. Diego trabajaba en el restaurante ‘El Duende’ y su amigo de la infancia, Jesús, fue a allí a una cena de empresa. Ambos tocaban la guitarra y era aficionados al cante desde niños “pero solo para nosotros, nada profesional”. “Había un grupo cantando y me invitaron a subir. Luego se unió Diego y aquello era magia”, recuerda Jesús.
Encandilaron al público y al propietario, Arsenio Carballo, que no dudó en ofrecerles volver todos los fines de semana. Posteriormente fueron sumando componentes hasta llegar a los cinco que son en la actualidad.
Desde entonces no han parado. Tienen miles de seguidores en las redes sociales y donde van repiten. “Reventamos los locales, hemos arrastrado a mucha gente”, dicen. Sobre el escenario les sobra talento y fuerza. A fecha de hoy ya tienen cerradas más de 50 actuaciones de cara al verano. El año pasado hicieron más de 80 los fines de semana, porque compaginan la música con el trabajo algunos y los estudios otros y con las cargas familiares. Un esfuerzo que a veces pasa factura “pero que merece la pena porque es lo que nos gusta”.
Ya trabajan en la composición de sus propios temas y su meta es llegar a tener su trabajo discográfico. No lo descartan pero, como señala Diego, quieren ir “paso a paso, sin obsesionarnos. Sabemos que es un mundo difícil y hay que dar tiempo al tiempo”.
Su ilusión, como la de todo artista que siente pasión por lo que hace, es poder vivir de esto. Seguro que llegarán. Sobre las tablas tienen todos los ingredientes para ello: autenticidad, esencia, raza, sentimiento y, sobre todo, mucha diversión.