El sueño de José Ángel García (Madrid, 1948) era trabajar en una revista quincenal para poder preparar reportajes con tiempo y en profundidad pero acabó justamente en las antípodas: vino a Cuenca y terminó en la radio, un medio que se caracteriza precisamente por lo contrario, por la inmediatez, y al que ha dedicado toda su trayectoria profesional, en concreto en la sede de RNE en la capital.
Fruto de esa experiencia, el periodista y escritor acaba de publicar el libro Una radio, una ciudad. Sesenta años de Radio Nacional de España en Cuenca, en el que traza una crónica periodística pero, sobre todo, sentimental, de seis décadas de historia del medio.
El libro, que ha sido editado por la Real Academia Conquense de las Artes y las Letras (RACAL), recoge la historia de RNE en Cuenca desde el 1 de enero de 1947 -fecha en la que comenzó a denominarse oficialmente Radio Nacional de España- hasta el 1 de enero de 2007, cuando el medio aplicó un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que mermó la plantilla en la capital y que afectó al propio José Ángel García, entre otros trabajadores. No obstante, el volumen -que ha sido maquetado por Santiago Torralba- también cuenta antecedentes de la radio desde la guerra civil.
La intención de escribir un libro sobre la historia de RNE en Cuenca viene de años atrás. “De hecho, yo aún estaba trabajando. Luis Calvo ya tenía la idea y me dijo si podía hacerlo yo. Se ha ido demorando pero era un compromiso que tenía con mis compañeros y conmigo mismo”, subraya García.
Archivo sonoro para una segunda edición
Pero ha sido en los últimos tres años cuando el periodista se ha centrado en este proyecto -compaginándolo con “otras aventuras”-, haciendo acopio de toda la documentación y escribiendo el libro, aunque el confinamiento a causa de la situación sanitaria le ayudó a dar el último empujón a esta obra , ilustrada con 130 fotografías. “Ha sido complicado”, reconoce.
También le hubiera gustado incluir un archivo sonoro, que pretende incorporar en una segunda edición. “Teníamos grabaciones de hasta los noventa aunque habría que preparar más de los últimos años. Pero lo más interesante es seguramente lo más antiguo”, considera.
“Yo no soy historiador; soy periodista y el libro está escrito como una crónica periodística y sentimental de la historia de RNE en Cuenca”, hace hincapié. La obra recoge testimonios tanto recuperados de esos sesenta años de la radio como escritos a propósito para este volumen, de 165 páginas. “El formato es ameno aunque también doy datos”, explica.
El libro, editado por la RACAL, recoge la historia de RNE en Cuenca desde el 1 de enero de 1947 hasta 2007, incluyendo 130 fotografías
El escritor destaca especialmente el papel social que jugó RNE: “La radio y Cuenca marcharon codo con codo durante muchos años. Organizaba actos y estaba muy presente en la vida de la ciudad. Había un feed back. Era como un ciudadano más. Era una imbricación total aunque se fue perdiendo”.
Sobre este punto, García es muy crítico con lo que supuso el ERE de 2006. “Fue un error político de alcance porque la radio fue perdiendo presencia en la ciudad”, lamenta.
Antes que Periodismo, José Ángel García estudió Biología. “Pero de biólogo no encontraba nada y sí me salían colaboraciones con revistas”, recuerda ahora bromeando. “Pero siempre me ha gustado la biología, al igual que la antropología, y creo que eso me ha dado una visión diferente y me ha enriquecido”, añade el periodista, que llegó a Cuenca en 1974 con 26 años para hacer unas prácticas de verano pero se sacó al año siguiente la plaza en RNE y se acabó quedando en la ciudad.
Todos estos años dan para muchas anécdotas y recuerda especialmente cuando dio la noticia en 1996 de que Cuenca había sido declarada como Ciudad Patrimonio de la Humanidad. “Llamé a París con mi francés y pude hablar con el director general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza”, rememora. Unos años antes, en 1983, se saltó el protocolo en El Hosquillo para arrancarle unas palabras al entonces presidente de España, Felipe González, que se había reunido allí con el primer ministro francés, Pierre Maroy. “Me adelanté unas horas a la noticia que luego iban a dar en una rueda de prensa en Madrid”, celebra.
Otros de los momentos que destaca especialmente son las incontables campañas electorales que cubrió como periodista, haber llegado a locutar en calzoncillos tras llegar a la emisora empapado, y “programas diferentes” como Elemental, querido culto, un programa cultural “magnífico”, en sus palabras, que hacía junto a Eduardo Larrocha.
“He podido entrevistar a mucha gente. Es un medio apasionante”, asegura, con una voz llena de pasión, acerca de la radio, de quien dice que su futuro pasa por los podcast y redes sociales. “Parece que es un camino sin vuelta atrás”, vaticina.
Más proyectos
Siempre activo, García tiene otros retos a la vista. Acaba de escribir un texto de unas 40 páginas para la RACAL sobre la historia del teatro en la capital desde los años setenta “La Asociación Amigos del Teatro de Cuenca va a cumplir 50 años y ha sido fundamental para la ciudad”, enfatiza. Su idea es que en dos o tres años pueda convertirse en otro libro. Además, también quiere contar la historia de los pintores que vinieron a la ciudad y que se vieron eclipsados por el Museo de Arte Abtracto.
“Se ha hecho poca historia de Cuenca. Y lo que no se cuenta, no ha sucedido”, concluye.