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Cenzano

La poesía también se escribe en servilletas de papel

José Manuel Martínez Cenzano publica su nuevo libro en este original formato con el apoyo de su hijo, Álvaro Martínez Mampaso, que se ha encargado del diseño y maquetación de este poemario con cinco códigos Quo
Fotos: Saúl García
13/07/2018 - Gorka Díez

En formato de servilleta de papel, con abundancia de ilustraciones y de fotografías, cinco códigos Quo y un cuidado y artístico diseño. Así es el nuevo libro de poemas de José Manuel Martínez Cenzano, ‘Abstracciones y figuraciones en servilletas de papel’, esta vez con el respaldo de su hijo, Álvaro Martínez Mampaso, que se ha encargado de la maquetación, el diseño y el tratamiento de las imágenes.

“Es un libro de papel pero en el que también damos al lector la opción de trasladarse a una página web a través de cinco códigos Quo donde podrá encontrar otros textos relacionados, 25 poemas inéditos que son un pequeño avance del que será el siguiente libro de José Manuel, ‘Hilos de ceniza’, y una galería de imágenes de los cuatro artistas que han colaborado en el libro con fotografías, óleos y acuarelas”, cuenta Álvaro.

“Es una técnica de escritura poética novedosa, llena de simbolismos, que hace que el libro no termine en la última página de papel, sino que de ahí puedas acceder a esa galería con obras de dos mujeres, Teresa Noheda y Teresa Navarrete, y dos hombres, José María Navarro y Guillermo Alcalde”, añade José Manuel, que también es autor de algunos de los dibujos y fotografías del libro.

En las imágenes Cuenca tiene un protagonismo especial, al aparecer por ejemplo un amanecer visto desde la vivienda del que fuera alcalde de la ciudad, en la Plaza Mayor, la silueta de un balcón de una casa a medio derruir, Los Ojos de la Mora o los reflejos de las viviendas sobre el río Huécar. Aunque también hay playas y hay mar. Y campos, montañas, flores, pájaros…

Todo en ‘Abstracciones y figuraciones en servilletas de papel’, aseguran, está muy estudiado: la medida, la tipografía, el encuadre, el color de la paginación, el tratamiento de las fotos… Hasta la inclusión de la primera estrofa de un poema antiguo de Martínez Cenzano, ‘Seríamos magos’, que al director de la Banda de Música de Cuenca, Juan Carlos Aguilar, le sirvió de base para componer una canción.

Hay un poema largo que habla sobre la censura y “el poder del capitalismo desbocado”, pero todos los demás, carentes de título, son muy breves, a juego con el pequeño formato del libro. Esto ha obligado a Cenzano, que no obstante ya cuenta en su haber con varios poemas breves (“La verdad está en el centro / de ningún sitio”, escribía en ‘El espejo de la memoria’), a “un ejercicio de contención verbal” que, sobre todo, busca la reflexión del lector.

Poesía y reflexión

Sus temas, reconoce, son “recurrentes”. “Me hago preguntas sobre la forma del comportamiento del ser humano, la ética personal, que se traslada a las relaciones humanas, el paso del tiempo, el discurrir de la memoria… También sobre la capacidad de adaptarnos a la cruda realidad, tan cambiante, una realidad que en ocasiones cambia muy de prisa cuando por el hábito y las costumbres nos hemos acomodado a un modo de ser”.

“Todo ha de cambiar / aun cuando tú te opongas. / La pregunta no será ser o no ser, / la cuestión será saber / como podrás ser otro tú”, dice uno de sus poemas.

Entre los 25 a los que se accede a través de los códigos Quo destaca ‘La muerte de un caballito de mar’, de 22 versos, donde ahonda “en la relación entre la memoria y la conciencia. La memoria de las personas configura también aspectos de su comportamiento posterior a lo que acabamos llamando conciencia, su manera de ver su vida. Y entonces me pregunto qué efectos tiene la desmemoria sobre la conciencia”.

Hay también así mucha política en sus versos, porque, “¿qué no lo es?”, como una denuncia de la ambición y la codicia, que “no puede ser que inunde el mercado”.

Su preocupación, confiesa, es que “nuestros hijos no van a vivir mejor de lo que nosotros hemos vivido a menos que esto cambie radicalmente. Que la gente gane un sueldo que a duras penas le permite llegar a fin de mes es una consecuencia de algo que está por encima de nosotros, un gran hermano muy ambicioso y corrupto”. Una situación ante la que aboga por una rebelión pacífica tanto interna como externa en aras de lograr “la emancipación de las personas”.

El poema más contundente, que cierra el libro, es de corte existencialista y deja una imagen brutal: “Nadie ensaya el suspiro final / con el que el cuerpo / se despide de la vida”. Lo lee en alto y no puede evitar una sonrisa. Lo mismo que su hijo al escucharlo.