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Arte

La pintura colorida de la infancia

Alumnos de entre 6 y 13 años de la Escuela de Emilio Morales exponen en Rococó
La pintura colorida de la infancia
26/05/2019 - Gorka Díez

na treintena de niños de entre seis y trece años de edad, todos alumnos de la Escuela de Pintura de Emilio Morales, exponen sus cuadros hasta el 28 de mayo en la sala Enmarcaciones Rococó de la calle Diego Jiménez de la capital conquense.

Conejos, caballos, tigres, gatos, canarios, una sirenita, el mar, un camino rural, una bruja volando, flores. Son algunos de los motivos que aparecen en unas obras donde también adquieren protagonismo los colores, muy vivos, tan característicos de la infancia. “A los niños les gustan los colores fuertes, de ahí que les guste mucho Van Gogh o que, cuando van al Museo de Arte Abstracto, antes que en Saura o en Zóbel todos se paren en Mompó, a quien yo empecé a entender porque ellos me lo explicaban”, señala el director de la escuela.

La mayoría de sus pinturas son, asimismo, realistas e impresionistas, algo también asociado a su edad. “Para llegar al abstracto todavía es pronto, hay que pensar mucho”, explica su profesor.

Junto a Van Gogh, El Greco y Goya se encuentran entre los pintores que inspiran a estos pequeños artistas que en la escuela de Morales se adentran en su biografía y principales obras.

Pablo Picasso suele ser uno de los autores que les despierta un mayor interés, en especial el Gernika, en este caso una obra en blanco y negro pero llena de elementos figurativos (el toro, el caballo, la madre con el hijo muerto, la casa en llamas) que llaman su atención. “Picasso lo pintó como un niño de siete años, a lo que volvió tras toda una vida dedicado a la pintura”.

Esto les permite adquirir una cultura pictórica poco habitual en niños de su edad, que además de para visitar museos con cierto conocimiento les servirá para no tener que empezar de cero cuando en el instituto cursen estudios de Historia del Arte.

Morales les enseña la técnica de la pintura por capas, que es la que siguieron la mayoría de los pintores clásicos y que en Cuenca Morales heredó del ya fallecido Víctor de la Vega. “Se trata de que aprendan a manejar el pincel, dibujando con él, trazando líneas, y realicen varias capas transparentes de color”. Esto posibilita que en todas las pinturas se empleen distintas tonalidades sin que se enturbie el color.

También son dados a “pintar a la manera de” y adquirir así una base para, con el tiempo, estar en condiciones de forjarse su propio estilo.

"Lo más importante es que se diviertan, que lo pasen bien y que hagan amigos con los que coincidan en la forma de expresarse a través de la pintura”

Pese a su corta edad, entre los alumnos ya hay quienes han ganado algún que otro concurso, como Naiara Cañas, que con siete años se alzó con uno de los galardones del reciente certamen de pintura organizado por Cuenca Abstracta. Aunque ganar concursos no es realmente el objetivo de la escuela. “Lo más importante es que se diviertan, que lo pasen bien y que hagan amigos con los que coincidan en la forma de expresarse a través de la pintura”.

A todos les viene asimismo bien mostrar sus trabajos con exposiciones como esta o la que en noviembre de 2018 acogió la sala Iberia, en aquel caso con pinturas de alumnos de todas las edades junto con las de artistas consagrados como Manolo Campoamor, Tomás Bux o Vicente Marín. “Exponer es como una fiesta para ellos, porque ven que la gente puede ver sus cuadros, que se fija en ellos, que los comenta”.

40 AÑOS DE PINTURA

Cuarenta años cumplió recientemente Emilio Morales como pintor profesional, el tiempo que lleva en marcha su escuela, por la que en todo este tiempo habrán pasado centenares y centenares de alumnos.

Los inicios, recuerda el pintor natural de Mota del Cuervo, fueron en la calle San Pedro del Casco Antiguo. Y aunque ha tenido tiempos mejores y peores, con más o menos matriculados dependiendo de las modas, la oferta de actividades extraescolares o las posibilidades económicas de las familias, siempre hay niños en su escuela. “Hay padres que ven necesario que sus hijos tengan una sensibilidad, ya sea pictórica, musical o de cualquier otro arte. Es bueno acostumbrarles. Las personas que carecen de ello se pierden una parte muy importante de la vida”.