‘Tres miradas poéticas’ es el título de la exposición de obra reciente de tres mujeres unidas por su pasión por la pintura y la poesía como medios para expresar sus sentimientos.
Se trata de las conquenses Lira (Gloria del Pozo) y Anais G. Burgos y de la barcelonesa afincada en Cuenca Carmen Orellana, las tres pertenecientes al Aula Poética que coordina Raquel Carrascosa, que fue quien les propuso la idea de organizar una muestra colectiva para exponer en un lugar “tan maravilloso” como a su entender es la sala de exposiciones temporales del Museo de Cuenca, ubicada en Princesa Zaida, donde ‘Tres miradas poéticas’ permanecerá hasta el próximo 8 de julio.
El paisaje de la naturaleza, lleno de playas y mar en el caso de las sencillas y bonitas acuarelas de Anais G. Burgos, de escenarios más abstractos donde entra en juego la imaginación del espectador en el caso de los poderosos óleos de Carmen Orellana y el verde de las hojas de los árboles que discurre por las oníricas creaciones de técnica mixta de Lira, que en esta ocasión presenta además una serie de pinturas inspiradas en un reciente viaje a la India, protagonizan el medio centenar de obras que ellas resumen como “el paisaje de los sentimientos”.
A destacar, también, los ya tradicionales cuadernos con dibujos de Lira que se exponen en unas vitrinas, a los que hay que sumar un espejo con el marco pintado, “la entrada mágica a la imagen de cada espectador”.
Para Lira, ‘Tres miradas poéticas’ es en su conjunto una exposición “llena de lirismo, de delicadeza, de feminidad” a cargo de “tres pintoras y de tres poetas, de tres mujeres buscadoras, con inquietudes, que tenemos algo que decir al mundo”.
Aunque cada una de ellas tenga sus peculiaridades a la hora de coger el pincel, también hay muchas afinidades, pues a esa necesidad de transmitir sus sentimientos se añade la importancia que las tres dan al color, muy vivo en buena parte de las obras, la composición de poesías que acompañan a algunas de las pinturas o el hecho de que, aunque sus paisajes estén inspirados en la realidad, en su mayoría son imaginarios.
Pintar como necesidad
Ninguna de las tres se dedica a la pintura para ganarse la vida, pero no podrían vivir sin pintar. “Yo no pinto un cuadro para venderlo, sino porque lo siento, porque pintar es algo que se identifica conmigo, con mi personalidad, un diálogo interior conmigo misma, algo que, simplemente, me hace feliz”, señala Carmen.
“Para mí es una inquietud del alma. Necesito pintar, hacer cuadernos: es lo que mi alma me pide para sentirme mejor. Soy muy inquieta y ahora estoy con creaciones de bisutería en tela. Y no porque lo busque sino porque me viene: no lo puedo evitar”, añade Lira, mientras que Anais recuerda que cuando era pequeña deseaba “saber pintar” y ahora que lo ha conseguido la pintura se ha convertido en una compañera inseparable, “mi alimento del alma”.
Agradecen, finalmente, la oportunidad que el Museo de Cuenca les brinda para exponer su obra en una ciudad de la que no dudan en destacar su frenética actividad cultural, que por ejemplo con anterioridad a esta muestra les ha llevado a exponer en espacios públicos como el Centro Aguirre o en galerías como Rococó o La Escalera. “Cuenca tiene mucha más actividad cultural de lo que parece”, concluye Lira.
Etiquetas:
Exposiciones
