Pablo Ibáñez Durán (Cuenca, 1989) es un actor de interpretación y locución que moldea sus gestos y su gran voz a todo tipo de situaciones y escenarios. Este conquense ha logrado alzarse con el premio al mejor audio-relato en el festival de terror y ciencia ficción de ‘La Mano Fest’ con ‘Efecto Tyndall’, una historia que narra la experiencia de un GEO en un colegio donde han ocurrido unos sucesos muy extraños. En los tiempos que corren el conseguir ‘dar miedo’ no es algo fácil dada la cantidad de películas e historias en el género.
El jurado me contó que era la primera vez que recibían una obra tan sensorial y con efectos tan cuidados”Pablo admite que su objetivo era “tocar un tema truculento, que le impactase al oyente”. El joven señala que un día “mientras hablaba con una amiga que es profesora en un colegio, me vino la idea de utilizar a los niños por ser figuras intocables y con los que se empatiza mucho”, así instala un relato que pone los pelos de punta gracias a las pausas, la interpretación y el montaje sonoro, cualidades por las que fue felicitado este actor de doblaje en la presentación de su audio-relato en el festival.
“El jurado me contó que era la primera vez que recibían una obra tan sensorial y con efectos tan cuidados”, señala Pablo a sabiendas del coste que le supuso cortar su guion original para poder adaptar el relato a las exigencias del concurso Entre risas, Ibáñez confiesa que “no me ha llegado más trabajo, pero sí más entrevistas”, aunque goza de buen momento laboral en el mundo de la locución “gracias a las redes sociales, conocer gente y no parar de trabajar para que cuando llega la oportunidad saber aprovecharla”. La polivalencia como artista y su trabajada voz ya han formado parte de multitud de spots de publicidad, series de televisión como ‘On my block’ de Netflix y multitud de audiolibros, principal dedicación del conquense en la actualidad, “aunque también estoy en una pequeña compañía de teatro junto a otro conquense, Sergio Bascuñana, con muchos e interesantes proyectos”, señala.
Y es que pese a su actual labor de doblaje, Pablo siente gran vocación por su vertiente artística ya que “nunca sabes qué papel te va a tocar, por eso es importante trabajar muchas variantes como actor”. Una formación que ha engrosado por toda España, pero entre la que rescata la obtenida precisamente en su ciudad natal por la Escuela Municipal de Teatro por la labor de Patricia y Pedro Martínez, del que afirma “ser la persona que a nivel profesional más me ha abierto los ojos y más me ha guiado, sabe cómo eres y cómo llevarte a los sitios que el quiere para que saques todo tu potencial como actor, pero sin decírtelo”. Unas enseñanzas con las que este conquense continuará estremeciendo y aflorando las sensaciones de sus espectadores, bien sea desde lo alto de un escenario, o más allá del auricular.