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Crítica de cine

'Oro', la aventura dorada de Díaz Yanes y Pérez-Reverte

Crítica de cine
'Oro', la aventura dorada de Díaz Yanes y Pérez-Reverte
19/11/2017 - Pepe Alfaro

El cine de géneros se ha convertido casi en una rareza en el ámbito de la industria cinematográfica española, por ello es necesario recibir la última propuesta de Agustín Díaz Yanes con cierta expectación y un enfoque positivo, mayormente cuando tiene la osadía de bucear en momentos históricos tan poco complacientes como habitualmente manoseados por cierta historiografía oficial. Para este viaje al siglo XVI, cuando el Imperio Español domina en Europa y América, el director se ha servido de un relato inédito de Arturo Pérez-Reverte, que partiendo de las crónicas auténticas de aquellos conquistadores articula la peripecia de una expedición imaginaria, formada por cuarenta hombres, a la búsqueda de una quimera forjada con el brillo del metal dorado, la única puerta posible para abandonar una existencia de miseria, incluso a costa de lo único que poseen, la propia vida.

Según ha manifestado Díaz Yanes, la película pretende reflejar la épica violenta del western, pero el resultado se acerca más al género de aventuras (coloniales o de conquista) donde un grupo de hombres, que desde el primer momento respiran un aire contaminado por el fatalismo, intentar sobrevivir en un ambiente hostil, la tupida selva tropical en este caso. El acierto de los guionistas, probablemente debido a la pluma de Pérez-Reverte, es hacer una lectura del relato desde la óptica de la situación que atraviesa nuestro país actualmente, buceando en las raíces de la podredumbre social y moral de las dos instituciones más poderosas que nos han gobernado a través de los siglos: la Corona y la Iglesia. Por otra parte, no es gratuito que en la historia se acentúen los matices y las afinidades regionales (autonómicas diríamos hoy) de los personajes a la hora de despellejarse los unos a los otros, con el único fin de no compartir un espejismo de oro. Por ello la película se recrea en las escenas de mayor violencia al reflejar el sinsentido cainita entre los diferentes pueblos que conforman la piel de toro que habitamos. Tal cual.

Además, en general, Oro consigue un tono bastante verosímil a la hora de ambientar la acción y de recrear a unos personajes al borde del abismo, y aunque el relato pueda sufrir algún altibajo puntual en el desarrollo narrativo, nos mantiene atados a ese grupo de desheredados bien caracterizados por algunos de los mejores intérpretes de nuestro cine: Óscar Jaenada, José Coronado, Antonio Dechent, José Manuel Cervino, Luis Callejo, Raúl Arévalo, Andrés Gertrudix, Juan Diego… Desde mi punto de vista, el casting cojea un poco por el lado femenino, y tanto la expresión delicada como la piel nacarada de, por otro lado estupenda, Bárbara Lennie no favorecen la composición de un personaje procedente de algún lupanar perdido. Lo único que se le puede achacar al film es la deuda contraída con Aguirre la cólera de Dios (Werner Herzog, 1972) con la que comparte no solo el hilo argumental central consistente en buscar una falacia de oro exterminadora, sino también el importante papel destructivo otorgado a la mujer de la expedición. Menos mal que los autores atinan al cambiar el sentido para este nuevo relato del cine español, simplemente Oro.


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