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Odiando a Escobar, admirando a Bardem

Dirigida por Fernando León de Aranoa, 'Loving Pablo' nos acerca a la figura del narcotraficante colombiano Pablo Escobar
Odiando a Escobar, admirando a Bardem
Fotograma de la película
18/03/2018 - Pepe Alfaro

Fernando León de Aranoa (Madrid, 1968) es un guionista y director que ha sabido radiografiar como pocos la realidad social española durante las dos últimas décadas, gracias sobre todo a su capacidad de introspección en los personajes a través de unos diálogos cargados de veracidad y sentido. Sin salir de nuestro país, su cámara ha retratado las emociones tóxicas que produce la soledad (Familia), la pérdida de identidad de una juventud suburbial sin futuro (Barrio) o los zombis obreros creados por la reconversión industrial (Los lunes al sol), por citar sus mejores trabajos. Cuando se ha embarcado en proyectos más ambiciosos, como ese acercamiento a la guerra de los Balcanes en Un día perfecto (con una escena filmada cerca de Alarcón, en un hotel abandonado en la antigua N-III) el mensaje se difumina en la propia historia.

Loving Pablo nos acerca a la figura del narcotraficante colombiano Pablo Escobar, personaje que desde su desaparición hace un cuarto de siglo se ha convertido, gracias al cine y la televisión, en un foco equidistante entre la fascinación del poder y la repugnancia del criminal monstruoso, como intenta transmitir el título del libro que ha inspirado el guion firmado por el propio director, “Amando a Pablo, odiando a Escobar”, escrito por Virginia Vallejo, famosa presentadora de televisión procedente de la alta sociedad colombiana que fue su amante durante casi un lustro, configurando la verdadera dimensión del mito de la Bella y la Bestia alejado de los cuentos infantiles.

La película de León de Aranoa se sirve de los aspectos más conocidos de la biografía del líder del cártel de Medellín para ilustrar de manera realista los perfiles del monstruo, sirviéndose de la capacidad de otro monstruo (de la interpretación en este caso) llamado Javier Bardem, el principal soporte de la historia, intentando alejar al personaje de cualquier tufillo de glamur, lo que deriva en que la composición que hace Penélope Cruz de la amante resulta un poco más impostada, quizás también en parte debido al doblaje.

Lo mejor de Loving Pablo es la capacidad para recrear, ambientar e ilustrar los momentos claves en la vida del “Rey del Narcotráfico”, su breve carrera política, el inmenso poder de su fortuna, sus lujos frente al estercolero, la maldad ilimitada ejercida desde el despacho de sus negocios desde una cárcel exclusiva y segura, capítulos que se siguen con interés pero sin pálpitos. Pinceladas que nos aproximan al rostro de aquel perverso asesino, completados con otros pequeños detalles de su biografía, como el que le tocó vivir a José Luis Perales de gira por Sudamérica: cuando en una de las fiestas para las que había sido contratado, el cantautor conquense se vio obligado a interpretar quince veces “¿Y cómo es el?”, cuando tras una decena de bises se negó a repetir de nuevo aquella balada, Escobar se limitó a sacar una pistola y colocarla sobre la mesa, a Perales no le quedó otra que seguir con la misma canción. La anécdota aparece recogida en el libro de memorias de Pablo Carbonell “El mundo de la tarántula”.


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