Estival Cuenca presentó sobre las tablas de su escenario Solán de Cabras una propuesta arriesgada, novedosa y casi desconocida de la mano de las siluetas más reconocidas de nuestro panorama musical: el producto Raúl Refree y el cantaor Niño de Elche.
Pese a que los acontecimientos parecían ir en contra, ante una repentina lluvia que obligó a postergar el inicio de la música en directo con el debut del conquense 'Impensable', tras el primer turno llegó el momento de la verdad.
Raúl Refree y Niño de Elche subieron al escenario en silencio ante la atenta mirada de los asistentes que contaban con la premisa de la apuesta experimental. Tras coger un buen soplo del aire comenzó una pieza en la que el productor música por medio de sintetizadores, piano y guitarra, fue acompasando la historia cantada de su compañero de tablas en Estival.
Era la cuarta ocasión que se llevaba a cabo este ‘Éctasis’. Un espectáculo que cuenta con la representación musical de poemas de Angelica Liddell, Enrique Falcón, Thomas Merton San Juan de la Cruz o Ernesto Cardenal que rompen las barreras a través de lo artístico, con emociones a flor de piel y pasión desbordada y sentimiento religioso que el público conquense sólo interrumpió para romper en aplausos una vez ambos artistas lograron alcanzar el punto álgido que da nombre a su obra.
De esta forma, Estival Cuenca volvió a crear a través de lo artístico y lo experimental una nueva noche para el recuerdo del ciclo musical conquense. Una propuesta arriesgada, sí, pero con carácter y descaro que supo transmitir en directo mucho más que música.
IMPENSABLE
Con antelación, el compositor Juan Carlos Navarro, conocido artísticamente como “Impensable”, realizó su debut en el festival conquense con composiciones en acústico de sus tres trabajos editados más varios adelantos de un cuarto que producirá próximamente. No faltó su canción “Yo soy de Cuenca”.