El CEIP ‘Fuente del Oro’ de la capital conquense está ambientado como si de un parque jurásico se tratara. Es un proyecto creado para acercar los museos a las escuelas ante la imposibilidad de realizar visitas o excursiones a los mismos por las restricciones derivadas del coronavirus.
Se trata de una iniciativa puesta en marcha por la profesora de Pedagogía Terapéutica, Cristina Feiner, que persigue “ofrecer algo atractivo, interesante y motivador para los niños y niñas ya que este año es difícil poder hacer actividades fuera del centro”.
El proyecto abarcará el segundo trimestre y estará dividido en varias fases, aunque ya se han comenzado a instalar las maquetas a tamaño real. Por ahora, Feiner ha dado vida a cuatro especies diferentes de reptiles voladores como Anhanguera, Tapejara y dos Dsungaripterus a los que se suman dos crías recién salidas del cascarón. Piezas instaladas en el patio interior del centro y que, anclados por hilos invisibles a los balcones del mismo, parecen estar volando.
En las próximas semanas Feiner pretende crear la cabeza y el cuello de seis especies más, entre las que estarán el conocido Concavenator, Tyrannosaurus rex, Velociraptor o Brachiosaurus, para terminar de ambientar el colegio.
Al visualizar la idea final podemos ver la cabeza del Tyrannosaurus rex asomando por la terraza del segundo piso, Concavenator junto a una cría en el primero y cuatro especies sobrevolando la entrada.
Abrir la puerta del CEIP ‘Fuente del Oro’ será sinónimo de descubrir un nuevo mundo donde las ilusiones ópticas y las proporciones naturales de estos animales harán a los niños sentirse dentro de una máquina del tiempo real.
Desde la dirección del centro y en colaboración con todo el claustro de profesores se ha decidido arrancar las actividades con los niños y niñas al inicio del segundo trimestre. Entre las tareas, se colocarán lianas y hojas de papel recortadas por todos los niños y niñas del ‘Fuente del Oro’.
Además, se desarollarán diferentes talleres a lo largo del curso para que más allá de la vegetación, también completen fichas de investigación para finalmente redactar los paneles informativos habituales en todos los museos. Carteles que contarán con un código QR para acceder a toda la información recabada durante los meses de trabajo.
Entre las propuestas se ha establecido crear una página web para dar visibilidad al proyecto y “así todos los padres y niños podrán ver todo lo relacionado con la actividad”, explica Vanesa Moreno, directora del centro. Se trabajará de forma interdisciplinar en todos los cursos, áreas y asignaturas durante el segundo trimestre con posibilidad de abarcar a todo el curso si tiene aceptación entre los alumnos.
Por tanto, cada clase se va a especializar en un dinosaurio y una vez que se concluyan todas las actividades se harán recorridos por clases para disfrutar y aprender con el resultado final. En este sentido, los niños con necesidades especiales jugarán un papel importante para fomentar su participación y darles prioridad. “Es necesario subirles la autoestima y esperamos conseguirlo con intervenciones activas”.
Actuación enmarcada como proyecto STEAM porque abarca las disciplinas de Ciencias, Matemáticas, Robótica, Tecnología y Arte y que, además, será bilingüe para compartirlo con los colegios extranjeros adheridos al programa Erasmus con los que el centro mantiene relaciones de colaboración.
Por último, desde el CEIP ‘Fuente del Oro’ se plantean establecer contactos con el Museo de Paleontología de Castilla-La Mancha (MUPA) ubicado en Cuenca para poner la guinda al proyecto.
De momento, los alumnos no saben exactamente que está pasando en su colegio, pero “los niños estaban muy emocionados cuando los vieron por primera vez”, destaca Cristina Feiner.
Además, es una temática que genera gran interés entre muchos de ellos y “tenemos verdaderos niños y niñas expertos y apasionados de estos animales”, asegura.
"Es importante ofrecer algo atractivo, interesante y motivador a los niños y niñas porque es difícil hacer actividades fuera del centro"
En cuanto a la elaboración de estas maquetas Feiner comienza creando un perfil de cartón que hace las funciones de esqueleto para después dar forma al animal con relleno de plástico y revistas recicladas.
Finalmente, todo el cuerpo se reviste de cinta de carrocero y se pinta con témperas. “Tan solo uso tres colores que mezclo para obtener el resto y salvo la cinta de papel, todos los materiales son reciclados”, destaca. Para colgarlos facilmente con hilo transparente es necesario utilizar materiales que no pesen demasiado para que aguanten en el aire.
A falta de dos meses para comenzar a trabajar de lleno, desde el centro ya están planificando todos los ejercicios, mientras tanto, los alumnos siguen alucinando con la llegada a su colegio de estos seres extinguidos hace más de 66 millones de años.