El concierto volvió a llenar el aforo para despedir esta edición de Estival. En esta ocasión, apareció una de las propuestas fuertes de la mano del grupo madrileño Morgan, que actuaba por primera vez en la ciudad.
Formado por Nina de Juan, Paco López, Ekain Elorza, Alejandro Ovejero y David Schultess, Morgan fue además de un gran concierto de cierre, una sorpresa. Porque desde el primer disco han cambiado muchas cosas, pero no la calidad del grupo, que se ha ido consolidando con la llegada de nuevos integrantes. Demuestran así no solo un gran nivel letrístico, sino musical.
En el escenario que volvió a acompañarnos, la terraza del Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha mostraron una nueva cara que los discos de estudio quizá no habían podido enseñar. El directo. Enérgico, con riffs muy potentes y la conjunción perfecta entre pianos, sintetizadores, platos y bajos, que hicieron vibrar a todo el público.
Esta vez el escenario daba más pie a un concierto al uso, permitiendo la pista libre, que fue escenario de saltos, palmas, cantos de acompañamiento y vítores, que iban creciendo al paso del concierto.
Conforme la noche se iba nublando, Morgan fue poniendo las estrellas en el cielo con los coros y la mezcla de voces, con un recorrido por su dos discos, "North" y "Air", además de versiones como "Loose yourself to dance" de Daft Punk, haciendo que todo el público, desde el más al menos joven se animara a bailar.
El grupo de folk Zas! Candil había sido el encargado de presentar a este gran grupo, sorprendiendo con un repertorio que remezclaba las grandes estructuras del folk, dándoles un aire fresco, renovado. El público se animó incluso a dejar que les enseñaran unos pasos de jota, o a dejarse sorprender por el pandero cuadrado, un instrumento de Peñaparda que está inevitablemente ligado a la cultura popular de la música, además de tocar otros estilos como el jarocho, un estilo mexicano del que se han visto muy influenciados.
Morgan fue desde el rock hasta bajar el volumen y las revoluciones, acercando un concierto más íntimo, que terminó con varios bis y que no pudo sino hacer al público agradecer un cierre de festival celestial.