"Mujer en casa, nada le pasa”, “A la mujer y a la burra, ¡cada día una zurra!” “Mujer que no se casa... ¡Se seca como una pasa!” o “El dinero para gastar y la mujer para tocar” son algunos de los dichos misóginos que esconde el refranero español. Aunque el camino hacia la igualdad es todavía largo y empinado dado que todavía resuenan de manera harto frecuente frases dirigidas a las féminas como: “Algún día te darán la hostia que te mereces”, “calientapollas”, “solterona”, “mala madre” o “¿quién te va a querer?”. Marina Martín Torres (Toledo, 1994) ha recogido sobre una docena de estos refranes de otra época y perlas actuales en un mural a modo de mosaico de azulejos titulado De aquellos barros estos lodos y con el que pretende denunciar las violencias que sufrían y sufren las mujeres.
La obra se alzó con el tercer premio en la segunda edición de ‘Despiertas. Mujeres, Arte e Identidad’, que busca apoyar y divulgar la igualdad de género a través de la cultura y el arte. Una selección de los trabajos presentados a esta convocatoria, incluyendo el mural de Marina Martín, forma parte de una exposición itinerante que incluye obras de 22 artistas que está recorriendo diversos puntos de la provincia. La muestra recalará en San Clemente a partir del martes 27.
El mural, en blanco y azul y algún detalle en rojo, está realizado en plástico, pintado con rotulador permanente, perfeccionado con acetona y lacado finalmente para lograr un efecto cerámica. La elección del material ha sido claramente intencionada. “He querido jugar con la idea de usar y tirar. Hay que tirar mucho de lo que hemos heredado”, cuenta la joven, graduada en Bellas Artes por la Universidad de Castilla-La Mancha y doctoranda en Artes y Humanidades por la UCLM.
“Recojo refranes muy machistas y frases más actuales muy fuertes que he escuchado dirigidas a las mujeres. De aquellos barros, estos lodos...”
A la basura
El trabajo recoge así ejemplos de esos chascarrillos, del pasado y del presente, que la sociedad debe desechar sin matices. “Son refranes muy machistas, muy duros. En el centro del mural hay una mujer con lengua de víbora -porque se dice que la mujer que habla mucho es una víbora- y dentro he puesto frases que he escuchado ahora, cortas pero muy fuertes. De ahí lo de que ‘de aquellos barros, estos lodos’. Esto hay que cambiarlo”, reivindica la autora, de 27 años.
Esta obra está muy ligada a los cinco platos de plástico creados por la artista que también imitan la cerámica y que hasta este 25 de julio se exhiben en la Sala Iberia de Cuenca en el marco de la muestra colectiva Mujeres en el arte ‘Amalia Avia’, que recoge los trabajos de 19 artistas contemporáneas de la región y que también hará un recorrido por varias ciudades de Castilla-La Mancha.
Bajo el nombre ‘Paisajes Domésticos y Otras Realidades’, la exposición reflexiona sobre temas como el espacio doméstico, la memoria y sus ausencias, los estereotipos de género o la naturaleza. En esta línea y titulada Recuerdos manchegos de usar y tirar, la obra de Marina Martín que forma parte de esta muestra también juega con la idea de esas tradiciones que hay que apartar de una vez por todas. Y, de la misma manera, también utiliza el plástico para reforzar ese mensaje reivindicativo.
Recuerdos y vivencias de cuando era pequeña y canciones que escuchó hasta la saciedad en su infancia como Marina, contigo me quiero casar, cuyas palabras se repiten en bucle en uno de los platos inspiran estas creaciones que nacieron en pleno confinamiento.
Igualmente, blanco y azul y detalles en rojo dan vida a estas obras. “El rojo simboliza la violencia. Utilizo también flores de este color, casi siempre las amapolas, que para mí representan a las mujeres”, precisa.
Y después de los platos creados durante esa provechosa -artísticamente hablando- larga cuarentena, comenzaría a elaborar el mural de refranes como respuesta a “toda la violencia contra las mujeres” que vemos cotidianamente y que se niega. “Como si fuera un ejercicio de construcción”, apunta.
Marina Martín califica su estilo como “muy introspectivo”. “Al final, trato el silencio de diferentes maneras”, explica, detallando que presta mucha atención a los materiales que utiliza, desde tizas para representar lo efímero al plástico como plasmación de la idea de usar y tirar. “Nunca pienso que mi obra sea trascendente”, dice con modestia, aunque su mensaje sí pretende calar en la sociedad.
Mirando al futuro, es consciente de las dificultades para vivir del arte y de que tendrá que buscar otros caminos, por lo que no descarta dedicarse a la enseñanza. De todas formas y aunque el devenir sea incierto, esta joven que dibuja desde que era pequeña no deja de crear. Por el momento, está experimentando con la costura, ligada tradicionalmente a las mujeres. Así, está centrada ahora en el bordado de vestidos de niña con canciones infantiles y en los que ha llamado “paños de lágrimas”, también con potentes mensajes activistas a favor de la igualdad entre géneros y contra las violencias machistas.