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"María, reina de Escocia": retrato histórico con alma de teatro

Es la prestigiosa directora teatral Josie Rourke quien, partiendo de la biografía publicada por John Guy, aborda un nuevo acercamiento a la figura de María
"María, reina de Escocia": retrato histórico con alma de teatro
06/03/2019 - Pepe Alfaro

La rivalidad entre dos reinas de fuerte carácter, gobernando un mundo de hombres, rivalizando tanto por su adscripción religiosa como por sus derechos reales sobre la corona de Inglaterra, lo que llevará a una de ellas a condenar a la otra al patíbulo, conforma un argumento histórico de ilimitadas posibilidades cinematográficas.

De hecho son varios los títulos que han intentado recrear determinados aspectos biográficos tanto de Elizabeth I, reina de Inglaterra e Irlanda, que ha pasado a la Historia con el apelativo de Reina Virgen, como a su prima María Tudor, reina de Escocia.

Es preciso recordar una película coincidente en el título, dirigida en 1971 por Charles Jarrott, con un duelo interpretativo entre las grandes damas de la escena y el cine británicos Vanessa Redgrave y Glenda Jackson, que refleja la pugna real femenina desde una perspectiva y planteamiento diferentes, por lo que en realidad no se puede considerar en puridad un remake; solo los personajes y el desenlace coinciden.

En esta ocasión es la prestigiosa directora teatral Josie Rourke quien, partiendo de la biografía publicada por John Guy, aborda un nuevo acercamiento a la figura de María, centrándose en la breve etapa que ejerció efectivamente el reinado, entre 1561 y 1567, momentos intensos marcados por las tensiones políticas y religiosas, con los embajadores de la corte ejerciendo de auténticos espías.

Lo mejor que se puede decir del film es que presenta una impecable factura en la recreación de ambientes, escenarios y personajes, algo que es casi una seña de identidad consustancial al cine histórico británico. Otra cosa es engranar los elementos del relato hasta articular la historia a la gramática cinematográfica.

En este sentido es significativo que los reconocimientos, materializados en nominaciones y premios diversos, le han llegado en los apartados de vestuario, maquillaje y peluquería, a los que cabría quizás añadir la mención a la actriz de origen australiano Margot Robbie, que en el papel de Elizabeth le gana doblemente la partida a la protagonista Saoirse Ronan.

María, Reina de Escocia congrega suficientes atributos para trascender, en general, una obra interesante, aunque su mejor baza deriva del retrato de unos personajes de carácter histórico, con un resultado algo lastrado en la traslación del relato a la pantalla, probablemente por el bagaje teatral de su autora, que por otra parte acierta tanto en la puesta en escena como en la excelente dramaturgia, mediante la buena caracterización física y psicológica de los personajes.

Sin embargo, algunos pasajes relacionados con temas como el tratamiento estético y moral de la homosexualidad o la diversidad étnica en una corte europea del siglo XVI resultan poco convincentes, cuando no directamente inverosímiles, y parecen un peaje hacia los condicionamientos de una producción al componer el casting y los elementos de ficción de una película que pretende convertirse en una manufactura de perspectiva global.

Al menos la magnífica partitura compuesta por Max Richter sirve para articular el relato, sobrepasando las simples acotaciones a los retratos personales.