Mari Carmen, una mujer pionera del humor que usó sus muñecos para ser irreverente
Con una gran vis cómica y una habilidad especial para hablar cambiando su voz sin apenas mover los labios ni los músculos de la cara, María del Carmen Martínez, "Mari Carmen y sus muñecos", fue pionera, como la mítica Lina Morgan, en una escena, la del humor, prácticamente copada por hombres.
Mari Carmen hacía magia con su voz y a través de sus muñecos, que no dejaba tocar a nadie salvo a personas que ella admiraba, como Julio Iglesias, y rompió moldes en el humor a base de repasar la actualidad sin pelos en la lengua.
La ventrílocua y humorista conquense, fallecida este jueves a los 80 años, desde niña sintió pasión e interés por hacer reír. A los 16 años empezó haciendo guiñoles en el parque de El Retiro, en Madrid.
"Vi un anuncio en el que buscaban marionetistas y, como había que hacer algo, fuimos y me abrió la puerta José Luis Moreno, porque era para la compañía de guiñol de su padre, Natalio", a quien definía como "un gran hombre y mi maestro", según contaba la humorista en el programa de Bertín Osborne en 2017.
"Me dijo que podía ser una estrella de la ventriloquía y la más joven", añadía la artista quien recordó que en su cuarto viaje con Natalio la policía les paró en el tren y le pidió que bajara en la próxima estación hasta que su madre le diera permiso para viajar con ese señor.
"Al llegar a la estación me llevaron a la cárcel. Al ratito, me dijeron que podía salir: estaba Natalio con el poder de mi madre", explicaba la humorista, que en 1967 se estrenó en el programa de televisión española "Noche del sábado".
En la gran pantalla debutó en 1971, junto a Lina Morgan y Florinda Chico, otras dos grandes voces de la comedia costumbrista, en "La graduada", bajo la dirección de Mariano Ozores. Durante la década de los ochenta trabajó en distintas salas de fiestas, entre ellas Windsor, Cleofás y El Casino de Madrid.
En años posteriores, no solo participó en exitosos programas como "¡Señoras y señores!", "Aplauso", "Un, dos, tres...responda otra vez" o "Sábado noche", sino que condujo sus propios espacios, como "Humor cinco estrellas" y "Ay, vida mía", y presentó el programa "El tren" junto a Pepe Sancho y María Jiménez.
En 1976, Televisión Española le ofreció el programa especial "La hora de Mari Carmen ... y sus muñecos" que se grabó en color con vistas a la exportación a países de Latinoamérica, realizado por Valerio Lazarov.
En 1969 se había trasladado a Venezuela, donde intervino en el espectáculo televisivo de Renny Ottolina. Continuó su gira por Sudamérica e intervino durante ocho meses en México donde creó su tercer muñeco, "Rodolfo".
DOÑA ROGELIA, DAISY, EL PATO NICOL Y EL LEÓN RODOLFO
Sus muñecos fueron su alter ego y con ellos saltó a la fama. "Doña Rogelia", la anciana de mal genio, cascarrabias y con un punto tierno; "Nícol", el pato castizo, con ese halo chulesco e irreverente; "Rodolfo", el león sensible y entrañable y "Daisy", la adolescente rebelde y contestataria, que hacía reír con ocurrencias como querer casarse con Alberto de Mónaco.
La humorista consideraba a sus muñecos como niños. "Sí, claro son mis niños, son mi vida. Yo nunca los llamo muñecos", contaba en 2021 al periódico "El Día", de Tenerife, donde vivía desde hacia años.
Respecto a su vida privada, Mari Carmen Martínez siempre fue discreta. Durante su juventud estuvo "tonteando" un tiempo con José Luis Moreno. "Nos reímos mucho. Fue una cosa de besitos y todo este rollo, pero divertido", contaba a Bertín Osborne.
En 1980 contrajo matrimonio por civil y un mes más tarde eclesiástico con Manuel Almanzor, con quien tuvo a su hijo Miguel Manuel. El matrimonio duró un año. En agosto de 1988 se reconcilió con su ex marido, del que ya estaba legalmente divorciada. Esta segunda etapa duró hasta septiembre de 1992, cuando volvieron a separarse.