Hippocampus, el conjunto barroco liderado por Alberto Martínez Molina, ha ofrecido un hermosísimo recital en la mañana de este domingo 31 de marzo en el Espacio Torner. Un concierto magnífico que iluminó la mañana lluviosa del Domingo de Resurrección. Y aunque el tiempo no acompañaba, no ha podido haber una interpretación más acertada para este día de gozo.
Hippocampus reunió para este programa todos los dúos para soprano que se conocen de Monteverdi. El programa añadió a estos dúos algunas piezas de Frescobaldi, alumbró la singular sala maravillando a los presentes.
La selección de piezas fueron introducidas por breves textos declamados por la voz de Gonzala Scherman y crearon la atmósfera idónea para disfrutar cada pieza. Ramiro Morales al archilaúd, el cello barroco de Ruth Verona y la dirección de Alberto Martínez al órgano acariciaron las delicadas melodías. Las voces de ambas sopranos acabaron por elevar al público. Todos recordarán la admirable y emocionante actuación de las dos sopranos solistas, Manon Chauvin y Agnieszka Grzykwacz. Su portentosa, clara, brillante y resplandeciente voz entusiasmó al público que volvió a llenar el antiguo convento de San Pablo. Los aplausos se repitieron y el público se puso en pie al acabar el concierto para agradecer el fascinante recital. Qué mejor broche para este festival.
Así concluye una extraordinaria Semana de Música Religiosa de Cuenca. El público ha disfrutado del festival y el balance en todos los aspectos es positivo. Todos los artistas, internacionales y nacionales, han alabado el respetuoso silencio del público conquense y la respuesta del público a su festival ha sido magnífica, agotando las localidades en todos los espacios reducidos.
Han sido dieciséis miradas musicales extraordinarias alrededor de Lux, el lema de esta edición. Nueve días de luz para nuestros oídos. Diferentes propuestas en diferentes formatos y tamaños que han conformado un luminoso todo con varias veladas que quedarán en la memoria de quienes las gozaron. Propuestas llenas de emoción que conmovieron creando momentos de comunión artística total con el público. Las largas ovaciones como muestra de agradecimiento se han repetido estos días. Un muy buen indicador de la calidad que se ha vivido en Cuenca.