Dar a conocer los rincones menos famosos de la provincia es el propósito con el que el periodista y escritor José Luis Muñoz se lanzó a la aventura de dar vida a la colección de libros de viajes Tierras de Cuenca, un recorrido exhaustivo por toda la geografía que llega ahora al volumen once, titulado El Bajo Júcar y que se adentra en la comarca meridional del territorio conquense.
“Me ha llevado toda la vida esta colección”, reconoce Muñoz, que recuerda que ya empezó a reunir material cuando trabajaba como periodista “en unos tiempos en los que se viajaba mucho” en este oficio. La documentación fue engordando y, cuando se jubiló, continuó haciendo escapadas a lo largo y ancho de la provincia para actualizar la información y departir con los lugareños. “Me gusta mucho hablar con la gente”, indica.
Como resultado de todos esos viajes, los antiguos y los más recientes, Muñoz planificó Tierras de Cuenca como una serie de 18 libros que se adentrarán en otras tantas comarcas de la provincia en un recorrido que va “en el sentido de las agujas del reloj”, según explica. Y en esta travesía, el escritor no se ha olvidado de visitar también aldeas y caseríos recónditos: “Creo que he llegado a todos los sitios”.
Los diez primeros volúmenes se editaron de la mano de la Diputación de Cuenca aunque la institución provincial no ha seguido apoyando este trabajo por lo que Muñoz ha publicado el número once de la serie bajo el sello de Ediciones Olcades.
La colección comenzó el viaje por la provincia con el volumen Hoces y torcas, que se adentraba en la zona de Cuenca capital y alrededores, recorriendo sucesivamente en los siguientes números distintas comarcas hasta detenerse ahora en la que ha llamado del Bajo Júcar con un volumen que tiene 246 páginas y recoge abundante material gráfico.
El periodista reflexiona acerca de la tendencia a considerar el Júcar como eminentemente serrano, vinculándolo a los potentes paisajes y espectaculares hoces que ofrece en esta zona de la provincia, pero olvidándose a menudo el imaginario colectivo de que, no obstante, una vez que el río deja atrás las inmediaciones de la capital conquense, va engrosando su caudal “formando también parajes de inaudita belleza” en el sur de este territorio.
En esos rincones se detiene Muñoz en su libro, que está dividido en tres capítulos. La ruta viajera arranca en el primero de ellos en Gabaldón, para seguir por Motilla del Palancar, El Peral, Villanueva de la Jara, Quintanar del Rey y Villagarcía del Llano.
El segundo capítulo se inicia en los tres núcleos que conforman actualmente el municipio de Pozorrubielos de la Mancha, es decir, Pozoseco, Rubilos Altos y Rubielos Bajos, para continuar por El Picazo y Casasimarro. Finalmente, el tercer recorrido comienza en Tébar y sigue por Casas de Benítez, Casas de Guijarro, Pozoamargo, Sisante, Atalaya del Cañavate y Cañadajuncosa, sin olvidar las aldeas que también existen en esta comarca, como son Casas de Santa Cruz, Ribera de San Benito, Ribera de San Hermenegildo, Puente de Don Juan o El Carmen. Aunque “no es una guía de viajes como tal”, el libro también incluye datos sobre fiestas, hoteles y restaurantes de los pueblos.
De esta comarca, el escritor destaca el Palacio de los Gosálvez, en Casas de Benítez, y la cueva de doña Catalina, en la aldea de El Carmen, como enclaves con encanto menos conocidos.
Tras recorrer el Bajo Júcar, Muñoz tiene previsto lanzar en primavera el volumen doce, que hará parada en la comarca de La Mancha señorial.