La iglesia de Santa Cruz de Cuenca acogerá, en torno al mes de septiembre, la sede temporal de la Colección Roberto Polo. Centro de Arte Moderno y Contemporáneo de Castilla-La Mancha (CORPO) hasta su ubicación, ya de forma permanente, en la actual sede del Archivo Histórico Provincial, un espacio que deberá ser acondicionado como museo y que según el contrato firmado entre Polo y el Gobierno regional debería estar listo a finales de 2023.
La visita que este martes Roberto Polo realizaba a la recientemente restaurada iglesia de Santa Cruz le ha entusiasmado hasta el punto de que considera que este espacio expositivo ofrece incluso más posibilidades que el inicialmente escogido, la Casa Zavala, que no salió adelante al negarse la Fundación Antonio Saura a abandonar sus instalaciones, de propiedad municipal.
Polo solo había visto por internet alguna foto de la iglesia tomada antes de su renovación, pero, al visitarla, confiesa que quedó “impresionado” y encontró el espacio “maravilloso, muy bello, renovado con un gusto exquisito, con unos conceptos del espacio y de las proporciones que van a realzar las obras de arte y permitir un interesante diálogo entre lo contemporáneo de las obras y lo antiguo de la iglesia”, un lugar que además entiende que tiene un gran valor “simbólico” para los conquenses.
El museo, de 800 metros cuadrados, es mucho más pequeño que el que será el museo permanente, que alcanza los 4.926 metros cuadrados, pero superior a la Casa Zavala, de 500. Y Polo destaca su elevada altura, que permitirá, por ejemplo, que se pueda exhibir alguna escultura suspendida en el aire, “lo cual es maravilloso”.
Además, dispone de dos pisos superiores y unos patios en el exterior “que se ven del interior y son muy bonitos”, donde cree que también podrían exhibirse esculturas.
Colección
Al cambiar el espacio expositivo, no es descartable que también se produzca algún cambio en la selección de obras de la colección que se iba a exponer inicialmente en Cuenca, pero hace un año se habló de que en esta primera fase llegarían a 135 obras de artistas de la vanguardia de Europa y Estados Unidos valoradas en casi 12 millones de euros de autores abstractos internacionales del siglo XX a la actualidad con nombres como los del estadounidense Walter Darby Bannard o el francés Roger Desserprit. A ellas se añadía arte decorativo como butacas, sillas y lámparas de autores internacionales del siglo XX y fotografías de profesionales como el belga Carl De Keyzer o el francés Bernard Faucon.
Polo apunta que su idea es dar relevancia a obras históricas, de las dos primeras décadas del siglo XX, que sean así anteriores a las del Museo de Arte Abstracto Español, de finales de los cincuenta y principios de los sesenta, con el fin de mostrar el origen de este arte.
“En España la abstracción nace muy tarde, en 1959, cuando por ejemplo en Bélgica comenzó en 1891. Y por eso es muy interesante mostrar esos inicios de la abstracción, ese arte en el que el artista representa su mundo interno, el alma, el espíritu, abstracto por definición, junto a obras del minimalismo americano, que arrancó en los años cincuenta, un contenido que va a completar un panorama museístico sobre la modernidad y la abstracción y que va a permitir que el museo tenga un papel pedagógico, algo que para mí es también muy importante”.
Polo no descarta además que hasta 2023 el museo se complete con la exhibición paralela y temporal de obras de los fondos de su colección en otros inmuebles de la ciudad e, incluso, en la vía pública, como alguna plaza.
“Hay que ser un poco flexible y hay cosas que a veces pasan para mejor. Y en este caso creo que la iglesia de Santa Cruz es mil veces mejor que la Casa Zavala”Retraso en la inauguración
El hecho de que el museo de Polo no pudiera inaugurarse en Cuenca en la primavera pasada coincidiendo con la apertura del de Toledo fue una mala noticia tanto para la ciudad como para el propio coleccionista, pero este entiende que “romper el proyecto” entonces hubiera sido “insensato, una tontería. Hay que ser un poco flexible y hay cosas que a veces pasan para mejor. Fellini, cuando le preguntaron antes de morir si había cometido errores en su vida, lo pensó unos segundos y respondió que no sabía qué eran los errores, porque a veces pensó haberlos cometido y resultaron providenciales. Y en este caso creo que la iglesia de Santa Cruz es mil veces mejor que la Casa Zavala”.
Ahora, que el edificio del siglo XVI que antaño fuera se del Tribunal de la Inquisición pueda estar listo en 2023 tampoco está muy claro, ya que no se han producido avances reseñables al haberse encontrado durante ocho meses en funciones el Gobierno central, propietario del inmueble, pero Polo también se muestra flexible al respecto. “Los contratos son lo que está escrito pero también hay que lidiar con la realidad, que es la que es. Yo sé que hay buena fe y buena intención y que hemos trabajado todos (Junta, Ayuntamiento, nosotros) como un equipo. La realidad comienza con los sueños y con la pasión”.
Antes de esta sede temporal se inaugurará, en principio a finales de marzo, la ya anunciada exposición de fotografías de la artista estadounidense Carolyn Marks Blackwood, de nombre “The Story Series (2013-2017)”, que previsiblemente permanecerá tres meses expuesta.
