La historia de Radio Nacional de España en Cuenca y su estrecha relación con el propio acontecer de la ciudad y la provincia serán el tema de la charla que, bajo el título de “Una radio, una ciudad (1947-2007: sesenta años de RNE en Cuenca)”, dará este martes 20 de marzo en la sede de la Real Academia Conquense de Artes y Letras el periodista, escritor y numerario de la propia institución José Ángel García, trabajador durante muchos años en esa emisora.
Enmarcada en la programación semanal de la corporación académica, dará comienzo a las ocho de la tarde en su salón de actos en la segunda planta del edificio de las antiguas Escuelas de San Antón, junto a la iglesia de la Virgen de la Luz. Como siempre la entrada será libre y gratuita hasta completar la capacidad del local.
Una estrecha relación
Desde antes de cumplirse la mitad del pasado siglo y hasta nuestros mismos días, en un proceso marcado en cada momento por las diferentes características sociopolíticas del país y de la propia ciudad y provincia, Radio Nacional de España se hizo presente en la vida de Cuenca como un elemento más, incluso durante muchos años, como un elemento sin el cual no se entendería buena parte de la propia historia de la ciudad.
Es más: en determinados tiempos y ocasiones – años cuarenta, cincuenta, sesenta e incluso en buena parte, si no casi todos, de los setenta del pasado siglo – llegó a formar parte tan intensa de ella que bien podría hablarse de cómo, en cierta y no precisamente pequeña medida, habría llegado casi a confundirse – en cuanto testigo y reflejo desde luego, pero también en alto grado como uno de sus factores más coactuantes – con su propia realidad existencial, una realidad que, desde luego, en buena medida no hubiera sido la misma en su ausencia. No en balde desde los mismos inicios de los cuarenta del pasado siglo y hasta bien entrada ya la transición, Radio Nacional de España fue, en el siempre veraz espejo del lenguaje cotidiano y en su calidad de única en el dial conquense, simplemente “la radio” o “la emisora”, la sola detentadora en las ondas – de forma similar a como en el terreno de la información escrita lo fuera el primero bisemanario y luego periódico diario Ofensiva (más tarde Diario de Cuenca), de la información y el entretenimiento de los conquenses desde su condición no sólo de testigo sino de cronista sentimental de varias de sus sucesivas generaciones.