Siete películas, algunas de ellas exhibidas con éxito en festivales como San Sebastián, Sevilla, Málaga o Toronto, y otros tantos cortometrajes del cine español más reciente conforman la programación de la 20 edición de la Semana de Cine Español de Cuenca, retomada el pasado año por el Cine-Club Chaplin para intentar cubrir el hueco que dejó, tras su desaparición en 2012, el festival de cine Mujeres en Dirección, y que se celebrará del 21 al 25 de noviembre en el Centro Cultural Aguirre y los Multicines Odeón.
‘Handia’, la nueva película de los directores de ‘Loreak’ Aitor Arregi y Jon Garaño, que recrea la vida del Gigante de Alzo, un gipuzkoano nacido en 1818 que llegó a medir más de dos metros cuarenta y fue exhibido por el mundo con fines lucrativos, un filme que tras alzarse con el Premio del Jurado en San Sebastián ha sido recientemente estrenado en los cines pero no en Cuenca, es uno de los platos fuertes de una Semana de Cine junto a ‘El autor’, la nueva película de Manuel Martín Cuenca (‘La flaqueza del bolchevique’, ‘Malas temporadas’), premio Fipressci en Toronto en la que Javier Gutiérrez interpreta a un hombre obsesionado con escribir la gran novela; y ‘Brava’, de Roser Aguilar (‘Lo mejor de mí’), donde Laia Marull (‘Te doy mis ojos’) encarna a una mujer que sufre una agresión sexual que hace que su vida se desmorone.
A estos títulos hay que añadir ‘La vida y nada más’, de Antonio Méndez Esparza, filme sobre una familia desestructura de Florida (EEUU) premiado en el Abycine; ‘Muchos hijos, un mono y un castillo’, un documental del actor Gustavo Salmerón que bucea en la historia real de su madre, que tras recibir una herencia millonaria de sus abuelos sufre los efectos de la crisis económica; ‘Tierra firme’, de Carlos Marqués Marcet (’10.000 km’), sobre una pareja de mujeres treintañeras que quiere tener un hijo; y ‘Donkeyote’, del castellano-manchego Chico Pereira (Almadén, 1979), la travesía por el Sendero de las Lágrimas de EEUU de un hombre jubilado que ama la naturaleza.
Y en el apartado de cortometrajes, que se proyectarán previamente a las películas, destaca la presencia de Isabel Coixet con ‘No es tan fría Siberia’, y de Rodrigo Sorogoyen (‘Que dios nos perdone’) con ‘Madre’, así como de la actriz conquense Irene Anula en el reparto de ‘Vampiro’, de Álex Montoya. A ellas se suman ‘Australia’, de Lino Escalera; ‘La inútil’, de Belé Funés; ‘Niebla’, de Claudia Costafreda; y ‘Woody & Woody’, donde Jaume Carrió recrea “una conversación entre un Woody Allen de treinta años y otro octogenario”.
Se cae de la programación el apartado de documentales que acompañó a las películas en 2016 aunque se mantiene otra actividad paralela: una exposición de carteles de Iván Zulueta, director del filme de culto ‘Arrebato’, película que a su vez se proyectará el lunes 20 en Aguirre tras la presentación del libro ‘Locos de cine y otros relatos’, de Pablo Pérez Rubio.
Cine reciente y “de calidad”
Lo que ha primado a la hora de seleccionar las películas, cuenta el director de la Semana, José Luis Muñoz, es que fueran filmes españoles “de calidad” que estuvieran terminados, a punto de estrenarse y disponibles para exhibirse en Cuenca. Y si se sigue apostando exclusivamente por el cine español es por “los medios limitados de presupuesto” con que cuenta esta Semana, en palabras de Pepe Alfaro.
En este sentido, hay que señalar que el presupuesto de la Semana de Cine Español asciende a 26.000 euros, aportados por Gobierno regional (10.000 euros), Diputación Provincial (10.000 euros) y Ayuntamiento de Cuenca (6.000 euros), un dinero gracias también al cual desde este mismo miércoles la Semana cuenta con su propia página web, www.semanadecinedecuenca.es, la cual recoge información sobre las películas que se proyectarán, los precios (3 euros entradas sueltas, 15 el abono para las siete proyecciones) o la historia de la Semana.
El objetivo es que la Semana, que el pasado año, según Muñoz, aunque “no fue una explosión de júbilo en la ciudad” sí tuvo un “resultado moderado”, despierte el interés en el público conquense, se consolide y, en un futuro, si es posible, se pueda pensar en organizar un festival competitivo, que sería “más apetecible para las distribuidoras”, en opinión de Alfaro, aunque es algo que ahora mismo “excede nuestra capacidad”.
