El fenómeno Carmen Mola arrasa en Cuenca

Carmen Mola ha logrado un lleno absoluto en el salón de actos Centro Cultural Aguirre con motivo de su participación en la segunda jornada del Festival Internacional de Novela Criminal de Las Casas Ahorcadas.  

En este encuentro con los lectores, sus autores han hablado de las posibles causas de su éxito, dando cada uno de los componentes del equipo su punto de vista. Jorge Díaz ha comentado que Carmen Mola funciona “porque los lectores son muy raritos”. Antonio Mercero ha subrayado que, en tiempos de “buenísimo”,  ellos han apostado por tratar a los lectores como personas adultas, y por eso no eluden la crudeza que caracteriza a sus libros. Por su parte, Agustín ha añadido que una de las claves es que la gente ha conectado especialmente con el personaje de Elena Blanco, la protagonista de la saga.

Los autores, respondiendo por separado, pero con una voz uniforme como hacen en sus libros, han hablado de cómo es trabajar a seis manos, algo para lo que les ha sido útil su experiencia como guionistas de televisión. Una de sus primeras piezas de este universo fue precisamente la creación de Elena Blanco, para lo que adaptaron las características del detective tradicional de las novelas americanas de los años 50, con sus miserias y adiciones.

Otra decisión importante fue que la protagonista no fuera una joven “porque creemos que el mejor momento de una mujer es a los 50”.

Los escritores han analizado cómo el personaje ha ido creciendo en cada una de las novelas.  “Es una mujer que emerge en la oscuridad y poco a poco hemos ido llevándola hacia la luz” han señalado. Del mismo modo, el trío de creadores ha asegurado que ellos mismos han ido evolucionando como escritores libro a libro.

Los Carmen Mola han comentado ante sus lectores la evolución de los escenarios en la serie, que siendo muy madrileña, ha ido abriéndose al mundo “y hemos ido matando a gente en otros lugares, entre ellos Cuenca”.  Y es que Saelices, que aparece con nombre camuflado, tiene el honor de ser uno de los sitios donde los Mola han dejado un crimen literario.

Con el paso del tiempo, los escritores han reconocido que ha ido incrementándose la violencia de las tramas, pero han rechazado que se les pueda aplicar el calificativo de gore y aseguran que una de las razones es que se devanan los sesos para crear modus operandi originales de los crímenes.  

En cuanto a la progresión de los temas, a medida que el fenómeno Carmen Mola ha ido creciendo han podido permitirse arriesgar más e introducir cuestiones de crítica social, sin olvidarse siempre de intentar sorprender al lector.

Además de esta charla, los escritores han participado en el encuentro de clubes de lectura de la provincia que se ha organizado en el marco del festival

PAZ VELASCO ANALIZA LOS CRÍMENES DE LA NOVIA GITANA

La segunda sesión de la tarde la ha protagonizado la criminóloga Paz Velasco, que ha analizado los crímenes de Susana y Lara Macaya en una de las novelas de los Carmen Mola, La Novia Gitana.

Con su sagaz mirada, Velasco ha explicado a los asistente cómo la ropa y la colocación de las víctimas dan sobre la personalidad del autor del crimen, mientras que el modus operandi desvela sentimientos del asesino. Por ejemplo, la sedación a la primera de las mujeres habla de un atisbo de “empatía” por parte del criminal.

La criminóloga ha señalado también el “sadismo” del arma del delito, un gusano barrenador que se introduce en el cerebro de las víctimas cuando todavía están vivas y que se toma su tiempo en devorar los tejidos.

Otro aspecto que ha comentado Velasco es el intento de deshumanizar a la segunda asesinada, algo que desde el punto de vista de la criminóloga hace que se pueda inferir que el segundo crimen lo ha cometido otra persona.

De esta forma, la colaboradora de programas de televisión como Cuarto Milenio y autora de obras como Muertes nada accidentales ha dado una exhibición de su profesionalidad para una audiencia del festival de Las Casas Ahorcadas que, a partir de ahora, utilizará muchas de estas herramientas en sus lecturas.