De 300 alumnos a más de 700. La Escuela Municipal de Música y Artes Escénicas ‘Ismael Martínez Marín’ ha duplicado el número de estudiantes entre el año 2002 y el 2024, un incremento que su actual director, Pepe Llopis, describe como “muy favorable”. Un aumento de la demanda que el claustro de profesores ha podido asumir ya que hace años se aumentó la plantilla, hasta alcanzar los 14 especialistas. Si bien, después de veinte años, desde la Escuela de Música solicitan al Ayuntamiento la contratación de entre tres y cuatro profesores más ya que, actualmente se encuentran “desbordados”. “Estamos recogiendo a todos los alumnos que podemos para no dejar a nadie fuera”. Sin embargo, a pesar de esto, hay una lista de espera de aproximadamente 70 personas, mayoritariamente para las especialidades de piano y guitarra.
Con la incorporación de nuevos profesores también se abrirían nuevas posibilidades ya que podría incorporarse la especialidad de trompa que hoy en día no está entre la oferta formativa de la Escuela de Música, así como otras más. Además, sería “muy interesante” contar con un profesor más de piano y otro de guitarra para atender la creciente demanda.
Si bien, las tendencias van cambiando y en este curso 2024/25 los instrumentos más demandados han sido trompetas y trombones, aunque también en menor medida clarinetes, flautas y saxofones. “Va cambiando dependiendo del año”, apunta Llopis. Eso sí, este curso ha sido “magnífico” en cuanto a formación instrumental ya que hay 82 alumnos y alumnas inscritos.
Si bien, desde el año 2012, la Escuela Municipal de Música tiene a disposición de la ciudadanía un taller de teatro y otro de acordeón cuya aceptación ha superado todas las expectativas. “Entre los dos tenemos cerca de un centenar de personas matriculadas”, cuenta el director. Eso sí, podrían subir a más si saliesen nuevas plazas de profesor que aumentaran la plantilla fija. “Son asignaturas muy asentadas en la escuela, no pueden desaparecer y la demanda que tenemos es exageradamente grandiosa para nuestro centro”, apostilla.
CONSERVATORIO
De los más de 600 estudiantes que cursan formación instrumental, dejando a un lado los cien de los talleres, habrá muchos que continúen su formación en el Conservatorio Profesional de Música “Pedro Aranaz’ de la capital. Es por ello, que desde la Escuela de Música trabajan “de la mano” y son “una piña”, según apunta Llopis. Y es que, a lo largo de estas dos décadas de trabajo han logrado que un nutrido grupo de conquenses haya hecho de la música su profesión. “Tenemos, entre otros muchos, una catedrática de clarinete en Zaragoza, un ex alumno que actualmente está entre los cuatro primeros clarinetes de Europa, alumnos que son sargentos del Ejército y forman parte de bandas militares”. Ejemplos que para Llopis son “todo un orgullo” ya que a día de hoy es complicado llegar tan alto por el menosprecio hacia la música y otras disciplinas artísticas como el baile. “Les hablamos de ellos a los pequeños de 4 y 5 años que entran a la Escuela de Música para que los tomen como ejemplo”, señala.
NUEVO CENTRO
A propósito de esta buena relación, Llopis cree que sería muy positivo contar con espacio en el que pudiesen aunarse tanto las clases de la Escuela de Música como del Conservatorio, e incluso va más allá y propone poner en marcha un instituto específico para alumnos que quieran estudiar música ya que “la carga lectiva es muy grande y podrían compaginar todas las asignaturas”, asegura. Y es que, en muchas ocasiones los jóvenes deciden dejar a un lado su formación instrumental para centrarse, por ejemplo, en el Bachillerato. “Lo ideal sería que no tuvieran que elegir”, apostilla.
Sin embargo, ninguna de las actuales ubicaciones podría ser una opción porque no cuentan con el espacio necesario. Eso sí, ahora que el nuevo Hospital General Universitario de Cuenca va a ser una realidad en pocos meses, Llopis propone aprovechar parte del actual edificio del Virgen de la Luz para este fin. “Tiene un parking amplio para el profesorado y las familias y podríamos contar con todas las aulas necesarias”, explica.
En este sentido, cabe recordar que en el año 2003, a través de Fernando Cabañas se intentó llevar a cabo un proyecto de estas características, pero finalmente no se materializó.