Elvira Carrasco: body art y fotografía sobre sí misma

Se trata de fotografías en las que la propia Elvira Carrasco aparece retratada después de haber pintado su rostro con colores explosivos, combinando así el denominado ‘body art’ con la abstracción y la fotografía.

“Básicamente me pinto la cara delante de un espejo con colores muy potentes y llamativos, que llamen la atención, y utilizo ventanas para fotografiarme con luz natural y para que el espectador vea a través de esa ventana el lugar donde he hecho la fotografía, bien sea la iglesia de mi pueblo o el paisaje de Valencia”, cuenta esta artista afincada en la capital del Turia que tiene claro que aunque el trabajo pictórico que realiza sobre su piel es efímero queda grabado para siempre a través de su cámara, cuyas imágenes luego le gusta reproducir físicamente en formatos  de grandes dimensiones.

Tras cursar Historia del Arte en Valencia y trabajar un verano en las excavaciones arqueológicas de Valeria, Elvira Carrasco comenzó a trabajar para la galería ‘Stair Sainty Gallery’ de Londres, especializada en arte de los siglos XVII al XX y que cuenta con obras de artistas como Monet o Boucher. Y allí fue donde adquirió su primera cámara de fotos y redescubrió la fotografía. Empezó con paisajes de la capital londinense y también se adentró en la fotografía de moda y publicitaria, hasta que decidió ir más allá y dar rienda suelta a su creatividad tomando como base sus amplios conocimientos del mundo del arte. 

“Como siempre estoy conmigo misma, disponible las 24 horas, y como decía Picasso la inspiración te encuentra trabajando, experimentaba a través de autorretratos hasta que en enero del pasado 2016 llegué a este proyecto buscando algo innovador, que nadie hubiera visto antes”, cuenta Carrasco.

Pintando sobre su rostro y fotografiándose se le pueden ir así  muchísimas horas. “Hay días de doce o de hasta catorce horas. Además, antes de ponerme a pintar lo tengo todo muy pensado: siempre llevo conmigo una libreta y hago muchos bocetos de colores, para ver cuáles combinan mejor, cuáles no… Lo apunto todo y una vez que tengo el boceto paso al proceso de pintarme la cara y a la fotografía”.

Su propuesta, que difunde a través de su propia página web y cuentas en redes sociales como Instagram, está teniendo de momento una gran aceptación, habiendo tenido presencia no ya solo en Valencia, Albacete o Cuenca, sino también en París o en la feria Art Palm Beach de Miami, Florida. Y confía en que próximamente pueda verse en Lugano (Suiza) y en viajar a China dado el interés que del país asiático le han mostrado a través de las redes sociales.

Internet es, de hecho, según reconoce, su fuerte para darse a conocer. “El círculo se amplía mucho gracias a las redes: la gente te conoce, conoces a otros artistas… Aunque también viajo muchísimo, voy a galerías a enseñar mi proyecto y trabajo constantemente, con disciplina. Hay mucha gente que se queja de que no tiene trabajo, pero para mí la receta consiste en no quedarte en casa y moverte mucho. Yo soy muy activa y conseguir nuevas galerías y países para exponer es un reto que me gusta y motiva”.

Porque, aunque reconoce que vivir del arte no es sencillo, ella está convencida de que el reto es posible con “esfuerzo, ganas y luchando mucho. Nadie te regala nada y no se llega fácil, pero yo cuando empecé lo hice sin un duro pero con mucha ilusión. Y aguantando el dinero llega. Muchos igual abandonan, pero mi filosofía es aguantar y seguir”