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Eight Ball Band: la música de los 60 y 70 nunca muere

Seis veteranos músicos conquenses han formado este nuevo grupo que propone un intenso viaje a los años más memorables del rock, el blues y el soul anglosajón. Debutaron hace unos días en el Vaya-Vaya
Eight Ball Band: la música de los 60 y 70 nunca muere
Foto: Saúl García
02/04/2018 - Gorka Díez

El rock, el blues y el soul son el principal “vehículo” de Eight Ball Band, nueva banda conquense que debutó recientemente en el pub Vaya-Vaya bajo el padrinazgo de Antonio Rentero ‘Escuchi’, y cuyos componentes, entre los treinta y muchos y los cincuenta, cuentan con sobrada experiencia en la música al proceder o seguir perteneciendo a bandas como Amiunapekeña, Expolike o Cielo Azul.

Javier (teclado), Kuri (guitarra), Gabri (batería), Wall (guitarra y voces) y Einfer Experience (bajo y voces) son la parte masculina de un grupo en el que destaca, no obstante, la presencia de su cantante, Peight. “No queríamos un grupo de todo chicos y la voz de una chica le da un toque y un aire especial”, señala Einfer Experience, que en 2016 fundó el grupo junto a Wall y entre los dos poco a poco consiguieron que se sumaran más miembros hasta llegar, hace en torno a un año, a la formación actual, de seis.

“Desde el principio, cuando empezamos solo Wall y yo tocando en casa, la idea era hacer música anglosajona de los años sesenta y setenta, unos años memorables del rock, el soul y el blues, con referentes como The Doors, Otis Redding o The Who”, cuenta Einfer, quien al igual que Wall o Kuri procede sin embargo del punk. Así que el salto es importante. “Wall y Kuri siguen haciendo punk con Expolike, pero yo ya no quiero tocar más punk como cuando tenía veinte años. A lo mejor es por la edad, la evolución, pero me veo más tocando otros estilos, haciendo una música más tranquililla”, confiesa Einfer.

Hasta ahora tampoco era habitual que estos músicos conquenses interpretaran canciones en inglés, pero Einfer tiene claro que “es lo más apropiado para el soul y el rock. Lo cual no quita que si algún día sacamos algún tema propio lo hagamos en castellano”.

Conscientes, por experiencia propia, de lo complicado que es ganarse la vida como músicos, Eight Ball Band nace sin otra ambición que “divertirnos y hacer conciertos cuando vayan saliendo. Pero sin muchas pretensiones porque ya a la edad que tenemos hemos pasado de eso de ‘a ver si triunfamos’ que pensábamos cuando éramos jóvenes. Todos tenemos además nuestro trabajo aparte”.

salir de la rutina

Muchos de los componentes de Eight Ball Band cuentan además con responsabilidades familiares. Pero en acudir a los ensayos encuentran “una manera de salir un poco de la rutina diaria. Nos gusta mucho la música y juntándonos los amigos a tocar lo pasamos muy bien y van saliendo cosillas”.

La idea es que sus actuaciones se centren en la provincia, “en la capital y en algún pueblo”. En principio una de sus próximas actuaciones tendrá lugar en la Sala Directo en un concierto de presentación de La Fiesta de la Primavera. Afortunadamente, consideran que en la capital conquense, pese al cierre “irremplazable” de la Sala Babylon, “el pilar que había en Cuenca para escuchar bandas de Cuenca y de fuera”, hay ahora mismo bastantes sitios para tocar, con salas como la citada Directo, el Vaya-Vaya, Los Clásicos o Mon Club. “Existe un pequeño circuito y últimamente todos los fines de semanas hay conciertos”, destaca.

Un movimiento que también se percibe en la aparición, en los últimos años, de bandas que están dando mucho que hablar como Fizzy Soup o Xofoko. La nave donde ensayan una vez por semana, en la carretera de Madrid, dispone de una veintena de locales en alquiler y la mitad de ellos, por lo menos, están alquilados, cada uno además a tres o cuatro bandas. Así que el presente y el futuro musical están garantizados en Cuenca.