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Don Antonio Vallet Caudelí: el maestro que mejoró El Pedernoso

Los vecinos de la localidad manchega, a la que llegó en 1945, quieren rendirle homenaje por su aportación a la educación
Don Antonio Vallet Caudelí: el maestro que mejoró El Pedernoso
22/09/2024 - José Antonio Molina Ruiz

Nieves Mercadillo Molina, al inicio de su pregón, en las fiestas patronales de El Pedernoso, dijo que había dos personas que habían marcado su vida y a las que estaba eternamente agradecido. La primera persona a la que se refería era D. Antonio Vallet Cudelí, su maestro. Yo no tenía referencia de ese maestro y pregunté a Julio Algaba Fernández, que emocionado me contó que fue un maestro que llegó al pueblo después de la guerra, que fue su maestro y que a todas las personas a las que enseñó les influyó de una manera decisiva.

Julio me dijo que los alumnos que tuvo D. Antonio iban muriendo por la edad avanzada que tenían y que con ellos se acabaría su recuerdo, siendo una pena que no se hiciese un agradecimiento público en El Pedernoso, por lo mucho que aportó a su generación. Julio, también, me invitó a que investigase sobre quién era y qué fue de D. Antonio, tras su paso por el pueblo. Inicié la investigación con ilusión, pero tuve serias dificultades para encontrar referencias del maestro.

 

Plaza de El Pedernoso

Descubrí que había un libro “Maestros valencianos bajo el franquismo. La depuración del magisterio 1939-1944” de José María Fernández Soria y María del Carmen Agulló, que hacía referencia a la vida de D. Antonio Vallet Caudelí, pero estaba agotado. El libro se publicó en 1999, e intenté ponerme en contacto con el departamento de cultura de la Diputación de Valencia, su editora, pero fue imposible poder conseguirlo. Seguí mirando por distintas bibliotecas y mi desaliento cada vez era mayor, hasta que, casualmente, en julio de 2024, lo encontré en la biblioteca de la UCLM, en Ciudad Real. Ese libro me aportó gran información que fui completando con otros archivos y que han permitido hacer este artículo.

D. Antonio Vallet Caudelí nace en Llaurí, el 15 de mayo 1913. Estudia bachiller en los Maristas y Magisterio en la Normal de Valencia, finalizando en junio de 1932. En 1933 cofunda la Asociación de Mestres Valencians, de la que es secretario, y ese mismo año aprueba los cursillos que se debían hacer para ejercer, siendo destinado como interino a Llaurí. Toma posesión como Maestro Nacional el 11 de noviembre de 1934, siendo su destino Tous. Como muchos maestros de la época, por la noche daba clases de forma voluntaria y gratuita a alumnos mayores (contabilidad, problemas, lectura y escritura). En 1935 se integra en la Federación de Trabajadores de la Enseñanza (FETE).

En 1936, va al frente y luchará en Guadalajara, Málaga y Toledo, alcanzando el grado de teniente y estando a punto de ascender a capitán. 

Fue detenido en la plaza de toros de Valencia, después de 17 días, pasa a la cárcel Modelo y es trasladado a la de Porta-Celi, donde estará seis meses prisionero. Sometido a juicio por el juzgado número 8, su causa es sobreseída el 25 de febrero de 1941, concediéndosele libertad definitiva el 6 de marzo de 1942. Es rehabilitado por la inspección reincorporándose como maestro en Tous, allí permanece hasta que se cursan dos denuncias contra él, una del cura de Tous y otra de un anónimo, que están en su expediente. –Archivo General de la Administración, signatura 32/13046 / Tous (Valencia).

Le acusan de: pertenecer a FETE desde 1935, ser de izquierdas exaltando el comunismo en las clases de adultos, ser ateo y oficial del ejército rojo.

Por todo ello, lo depuran con separación definitiva del cuerpo de Maestros el 8 de marzo de 1943. Recurre con un pliego de descargos y escritos a su favor del alcalde de Tous, el jefe local de falange –que había sido alumno suyo en las clases de adultos–, el juez municipal de Tous, el párroco de los Santos Juanes de Valencia y 7 pliegos de firmas de 217 vecinos de Tous. Todos ellos consideran su integridad ética y moral. Ante esa demostración de aprecio, el juez revisor acepta rebajar la sanción, anulando la separación del cuerpo de maestros, pero imponiéndole la suspensión de empleo y sueldo durante todo el tiempo que ha estado sin ejercer, imponiendo, también, su traslado forzoso fuera de la provincia, sin poder solicitar plazas vacantes durante cinco años y la inhabilitación para cargos directivos, argumentando la falta de autoridad del maestro. 

Los únicos cargos ciertos eran la pertenencia a FETE y el haber sido oficial del ejército republicano.

Es ahora cuando llega a El Pedernoso, donde toma posesión el 13 de enero de 1945. En aquel momento había en la escuela dos maestros y cinco maestras. Él era el único trasladado. En 1946 contrae matrimonio con la maestra Mercedes Pérez de Julián, que ejerce en el mismo pueblo, y va a tener un hijo que tuvo parálisis cerebral y recibió el nombre de su padre.

Cuando llega al pueblo intenta, en la medida de lo posible, mantener el espíritu republicano de que la educación es la base de la reforma de la sociedad. La educación era la base para levantar un país pobre y analfabeto. Pretendió hacer una escuela para todos sin discriminaciones sociales, aunque lo primero que hizo el franquismo es volver a una educación sexista. En la Segunda República los requisitos para cursar magisterio eran superiores a los exigidos para otras carreras universitarias, lo que dignificó la figura del docente. D. Antonio conocía y participaba de los planteamientos de los movimientos de renovación pedagógica, del espíritu de la Institución Libre de Enseñanza y del Krausismo, de las aportaciones de la Escuela Nueva y de las ideas renovadoras de la educación europea de principios del siglo XX, y tenía una preparación de alto nivel, que contrastaba con la de la mayor parte de los maestros del régimen franquista, algunos analfabetos.

En el pueblo consiguió que bastantes alumnos cursasen carreras universitarias, algunos ingenierías, a los que, también, ayudó en el preparatorio, hubo maestros, algún profesor de Instituto, militares de academia, incluso algún cura. Todos sus alumnos recibieron su influjo y aunque las condiciones económicas y sociales no les permitieran estudios superiores, los preparó para enfrentarse a la vida en las mejores condiciones. Cuando se marchó en 1954 se volvió a la pedagogía de la letra con sangre entra y al intento franquista de crear el peor tipo de analfabeto, el definido por D. Antonio Machado en una carta a D. Miguel de Unamuno, decía: “Baeza estaba llena de analfabetos que saben leer y escribir”.

En 1954, pudo concursar y se traslada a Corbera, siendo nombrado director por la inspección. En 1971 pide traslado, como director, al grupo Reina Doña Germana de Foix, en Valencia, con más de mil alumnos. En 1974 una enfermedad reduce sus capacidades físicas y se jubila en 1978. En 1979 se le hizo un gran homenaje en Tous.

Estamos en 2024 y sería justo pagar la deuda que todos los pedernoseños tenemos con este gran maestro, haciéndole un reconocimiento adecuado. De bien nacidos es ser agradecidos. Un buen maestro afecta positivamente a las generaciones con las que trabaja y a las siguientes que son esquejes de los que les precedieron. Lo negativo es que los malos maestros hacen lo mismo, pero en sentido contrario. Dice el filósofo, profesor y ensayista José Antonio Marina: “si no se reconoce a los buenos maestros, se está premiando a los malos”.


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