‘Teléfonos antiguos del siglo pasado’ ha sido el nombre elegido para esta peculiar exposición que permanecerá instalada hasta el 28 de enero y que muestra la evolución de la telefonía en nuestro país desde 1903 hasta la actualidad a través de la colección de Francisco Page, que iniciara allá por el año 1962 cuando le regalaron en Jerez de la Frontera un teléfono de hierro fabricado en 1920 por Standard Eléctrica, empresa de comunicaciones en la que estaba trabajando en esa época.
El visitante de la exposición se va a encontrar con unos ochenta teléfonos fijos —entre los que hay un Ericsson sueco, un Bell belga y un Siemens alemán—, cerca de un centenar de teléfonos móviles, una veintena de buscapersonas, dos grabadoras —una de ellas de cinta magnética y grandes dimensiones—, una docena de teléfonos de campaña o militares anteriores a la Segunda Guerra Mundial, un pequeño laboratorio de comunicaciones, cinco centralitas telefónicas y diversos utensilios y herramientas específicas de comunicaciones.
“Como la comunicación no hay nada”. Esta frase, a modo de lema, viene a resumir la pasión de Francisco Page Collados, que le ha llevado a reunir prácticamente a lo largo de su vida una impresionante colección de telefonía con cerca de 400 artículos, entre teléfonos fijos, teléfonos móviles, buscapersonas, teléfonos de campaña, centralitas telefónicas, laboratorios de telecomunicaciones e instrumental específico. Una colección con más de un siglo de historia de la telefonía que ya se puede disfrutar, al menos en parte, en el Salón de Actos del Palacio Provincial con una exposición compuesta por más de 160 objetos y que ha sido inaugurada este viernes por el presidente de la Diputación de Cuenca, Benjamín Prieto, junto al diputado de Cultura, Francisco Javier Doménech, la concejal de Cultura del Ayuntamiento de la capital, Marta Segarra; y, como no, el propio coleccionista conquense natural de Ribagorda.
Afincado en Alicante, donde se casó y tuvo dos hijos, este conquense de 74 años de edad ha dedicado más de medio siglo de su vida a recabar esta colección, de la que, además de un teléfono de madera de 1903 y una centralita de Standard Eléctrica de 1904, destaca, sobre todo, el primer teléfono instalado en su pueblo natal, Ribagorda, y con el que mantuvo numerosas conversaciones con su madre, lo que le hace ser muy especial para él al formar parte de sus recuerdos.
Por su parte, Prieto ha subrayado la singularidad de esta exposición, fruto, según ha dicho, de la dedicación y el esfuerzo durante más de medio siglo de este conquense afincado en Alicante, que la convierte en una bella rareza que contemplar, además de una manifestación de amor a su tierra. Y es que, tal y como ha recalcado, Francisco Page no solo ha querido dar a conocer su colección a sus paisanos con esta exposición, sino que ha decidido donar a la Diputación la colección completa con el fin de que pueda ser disfrutada por todos los conquenses.
Una donación que, de hecho, se ha formalizado este mismo viernes durante el acto de inauguración con la rúbrica del documento oficial; algo que el presidente de la institución provincial no ha dudado en agradecer públicamente, a la vez que ha invitado a los conquenses a acercarse al Salón de Actos del Palacio Provincial para disfrutar con esta peculiar muestra.
Page, por su parte, ha mostrado su satisfacción por la oportunidad que le ha dado la Diputación de mostrar en su tierra “el trabajo de toda una vida en torno a su pasión: la comunicación”. De hecho, en su intervención ha realizado un breve recorrido por la historia del teléfono, un instrumento que, según ha dicho, “supuso toda una revolución para el día a día de los ciudadanos y aún sigue siéndolo”.
En definitiva, una colección nada al uso, digna de contemplar y que, a buen seguro, no dejará a nadie indiferente, puesto que muchos de estos teléfonos han formado parte de la historia más reciente de nuestro país y, en consecuencia, de cada uno de nosotros.