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lapis specularis

Cuenca, protagonista en la exposición Lapis Specularis del Museo Arqueológico Nacional

Incluye materiales procedentes de Torralba y Osa de la Vega para la realización de los libro-caja de Miguel Ángel Blanco
Foto: José An. Montero
15/04/2019 - José An. Montero

No es frecuente que el Museo Arqueológico Nacional (MAN) exponga en sus salas piezas de arte contemporáneo y mucho menos que lo haga fuera de los espacios temporales. En esta ocasión, diecisiete libros del artista Miguel Ángel Blanco (Madrid, 1958) dialogan espacialmente con los bustos romanos situados en uno de los patios de la segunda planta.

Estos libros-caja forman parte de la llamada Biblioteca del Bosque, en la que el artista fusiona arte y naturaleza. Actualmente esta biblioteca artística está integrada por 1.191 piezas en las que Miguel Ángel Blanco reúne todos los reinos naturales a los que acompaña con sus experiencias.

Las obras que se exponen hasta el 23 de junio en la sala 20 del MAN giran en torno al lapis specularis, un yeso cristalizado muy transparente que exfoliado en finas láminas supuso una revolución en la vida de los antiguos romanos. La piedra especular se encajaba en marcos de metal o madera, dejando pasar la luz e iluminando los cubicula y los triclinia.

La minas de espejuelo se concentraban en torno a Segóbriga siendo el origen de su crecimiento y riqueza, proporcionando junto con Arboleas en Almería, el mineral más puro y apreciado por los más poderosos y adinerados del Imperio.

En los libros-caja presentados en esta exposición tienen especial relevancia los materiales obtenidos de Pozolacueva en Torralba y La Condenada en Osa de la Vega. Esta piezas minerales procedentes de la provincia de Cuenca sirven como base para la realización de las composiciones presentadas estos días en el MAN en una exposición en lal que los minerales conquenses se transmutan en los elementos constituyentes de piezas de arte contemporáneo.

Estos obras no son el único homenaje que hace el Museo Arqueológico Nacional a este mineral que tanto significó para el esplendor de la Cuenca Romana, sino que en el mismo patio podemos encontrar un ejemplo de uno de estos marcos de metal con fragmentos de lapis specularis encajados entre las esculturas de Livia, una de las grandes tallas del Museo Arqueológico Nacional, y su hijo Tiberio. También se haya expuesto un bloque de material sin tallar de gran tamaño, en el que se pueden percibir las láminas de una enorme transparencia que, ubicado en este patio, refleja los rayos de luz con una potencia que debió maravillar a los antiguos romanos.

El tercer detalle que acompaña a esta exposición es la decoración del pedestal en el que se apoyan los bustos de los emperadores romanos del Museo Arqueológico Nacional, piezas maestras de la escultura romana en España, que reposan para la ocasión en un lecho de fragmentos de lapis specularis procedente de las minas que rodean a la ciudad romana de Segóbriga.

Miguel Ángel Blanco es uno de los autores de referencia del arte español vinculado con la naturaleza. Algunas de sus piezas se han mostrado en exposiciones individuales en el Museo del Prado, en el Museo Thyssen de Madrid, en el Museo Carmen Thyssen de Málaga, en el Museo de Altamira o en Santo Domingo de Silos.

Aprovechando la ocasión de la visita al Museo Arqueológico Nacional es un buen momento para visitar de nuevo algunas de las piezas conquenses que alberga, como las procedentes de Salvacañete, la misma Segóbriga, el sillón prioral de madera de nogal o la maravillosa "Arqueta de Palencia" tallada en Cuenca por Abderramán ben Zeiyan alrededor de 1050