Clásicos del cine español como El espíritu de la colmena, El sur, El desencanto, Cría cuervos, Deprisa deprisa, El año de las luces o Los lunes al sol tienen tras de sí un mismo cartelista: el prestigioso diseñador conquense José María Cruz Novillo (Cuenca, 1936), a quien la 21 edición de la Semana de Cine, como complemento a las proyecciones que finalizaron el día 24, dedica una muestra con buena parte de su producción para el cine que se podrá visitar en la sala de exposiciones de la Junta en Princesa Zaida a partir de este jueves y que se acompaña, además, del libro “Cruz Novillo. Cine de arte y diseño”, coordinado por Pepe Alfaro.
Se trata, revela este miembro de la Real Academia de las Artes de San Fernando que cuenta con distinciones como el Premio Nacional de Diseño (1997) y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2012), de la primera vez que se van a poder ver sus carteles reunidos en una exposición, por lo que se encuentra “contento” y “con mucha alegría y una curiosidad por ver el resultado”, fruto de “décadas y décadas y décadas” de trabajo (de 1964 a 2001), de un largo tiempo durante el que “los carteles han estado colgados en todas las paredes de todos los domicilios donde mi familia y yo hemos hecho la vida”. Algo que, incluso, hoy siguen haciendo. “Tengo cuatro nietos y en sus casas sus padres cuelgan también algún cartel que otro. Y lo pasamos muy bien con esto”.
Cruz Novillo es consciente de lo que para el cine internacional significan muchas de las películas en las que ha colaborado. Varias de ellas han cosechado premios en festivales como los de San Sebastián y Berlín y están dirigidas por “amigos inolvidables” como Carlos Saura, José Luis Borau, Victor Erice, Fernando Trueba o Fernando León de Aranoa. Pero no se anima a elegir ni a decantarse públicamente por ese cartel del que pudiera sentirse más orgulloso. Lo que sí reconoce es haber tenido “la suerte” de confeccionar “buenos carteles para buenas películas”, muchas de las cuales “todavía de vez cuando me pongo y disfruto y les hago un homenaje de recuerdo a mis amigos”.
Porque Cruz Novillo, creador de diseños tan conocidos como los de Renfe, la bandera de la Comunidad de Madrid o Correos, asegura haber sido muy cinéfilo, sobre todo de joven. “El cine ha ocupado gran parte de mi vida de distracción. Es una buena diversión para un buen rato y por muchas películas siento un gran respeto y admiración”. Ha asistido a numerosos festivales y era un asiduo del estudio del que para muchos ha sido el productor de cine español por excelencia, Elías Querejeta, detrás de buena parte de los filmes para los que Cruz Novillo ha trabajado. “La moviola de Elías era un paraíso. Allí he tenido muy buenas conversaciones con mis amigos cineastas de las que he aprendido mucho”, recuerda.
La clave del buen diseño
Para hacer un buen cartel de cine, una vez leido el guion y visto el filme, la clave está, considera, en lograr “que su visión suscite curiosidad, que llame mucho la atención. Cuanto más, mejor, lo mismo que la sensación de originalidad. Esto en realidad es casi un juego de a ver quién es el más original”. Para ello, aboga por “golpes de efecto sencillos”, que lleguen al espectador sin atosigar.
Y a las citadas cualidades añade otra muy personal: diseñar “con cariño”. Algo a lo que le ha ayudado trabajar para personas con las que tenía una muy buena relación.
Recorrido por el tiempo
Repasar los carteles con la firma de Cruz Novillo es un largo viaje por el pasado. Volver por ejemplo a 1967, cuando se estrenó Peppermint frappe, el filme de Carlos Saura con escenas rodadas en Cuenca por el que su director obtuvo el Oso de Plata en Berlín; a 1973, cuando El espíritu de la colmena, con la niña Ana Torrent al frente, se estrenó y ganó la Concha de Oro en el festival de San Sebastián; a 1981, para recorrer los suburbios del Madrid de Deprisa deprisa; o a 1998, hace ahora justo veinte años, cuando Fernando León se adentró en el cine social con Barrio. “Fíjate. Lo bueno es que lo hemos pasado muy bien y que todavía seguimos con esta costumbre”, dice quien sigue en contacto con cineastas como Manuel Gutiérrez Aragón, que como él es miembro de la Real Academia de las Artes de San Fernando. “Nos vemos todos los lunes en las reuniones de la Academia y la amistad es ya para siempre”.
Además, unos nuevos cineastas ruedan estos días un cortometraje sobre su faceta como cartelista de cine. Cruz Novillo les ha abierto las puertas de su estudio y, ya de paso, les está confeccionando el cartel del filme. Así, echa una mano a las nuevas generaciones y sigue demostrando su creatividad.
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