El Coro y Ensemble Alonso Lobo ofrecieron este viernes en la sala 2 del Auditorio un delicioso concierto navideño centrado en el denominado Cancionero de Uppsala o del Duque de Calabria, cuyo único ejemplar conocido fue encontrado en 1907 por Rafael Mitjana en la biblioteca de la Universidad de Uppsala (Suecia) contenía cincuenta y cuatro canciones españolas del siglo XVI. De ellas, las doce que eran villancicos de temática navideña formaron el exquisito programa presentado ayer en la sala 2 del Teatro Auditorio de Cuenca ambientada navideñamente para la ocasión.
De todos es ya conocida la calidad de este Coro fundado en 1985, especializado precisamente en la música polifónica del Renacimiento Español y que, bajo la batuta de Luis Carlos Ortíz, es una de las grandes referencias en dicho repertorio. El Coro Alonso Lobo nos trasladó a una Navidad mucho más sobria que la actual, que nos remite a unos tiempos en los que las noches sin luz eléctrica eran eternas y en los que la sociedad recibía con esperanza y alegría la llegada del Redentor que tras el solsticio de invierno significaba el retorno de la luz y el fin de las tinieblas.
Villancicos que, perdidos en la memoria de los tiempos, consiguieron evocarnos esas navidades de 1556 a las que Luis Carlos Ortíz quiso trasladarnos a través de estas maravillosas composiciones y de la interpretación con instrumentos de época, a cargo del Ensemble compuesto por Luzie Zekova, órgano; Gonzalo Alonso, flauta; Jesús Jara, serpentón; Jorge Miró, viola de gamba; Pedro Jesús Gómez, guitarra y vihuela y Miguel Ángel Orera en unas percusiones que llenaron de aroma todo el concierto.
Doce piezas del cancionero de Uppsala entre las que se encontraba "Yo me soy la morenica", una canción que nos evoca al Cantar de los Cantares y a unas referencias marianas tan cercanas a los conquenses o esa jovial, de autor también anónimo, “Riu riu chiu”, cuya única fuente es el citado cancionero o la bella “Dadme albricias”, dos villancicos a cuatro voces con los que finalizó el programa oficial y que demostraron una vez más la calidad vocal del Coro Alonso Lobo.
En los bises, ya fuera del cancionero de Uppsala, el coro obsequió al público que llenaba la sala 2 del Teatro Auditorio, con el villancico “De la Virgen que parió” de Antonio de Cabezón, autor coetáneo del cancionero. Para finalizar con el tradicional “Adeste, fideles” que sirvió como despedida y como felicitación de unas fiestas que en Cuenca cada vez tienen un componente musical más rico, variado y de mayor calidad, como se podrá comprobar en el amplio programa de actuaciones navideñas previstas para la próxima semana.
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