Tras protagonizar con ‘Caminos de colores’ una de las primeras exposiciones del Edificio Iberia tras su reapertura como espacio cultural, Elisabeth López ha cumplido el sueño de conquistar con su arte una nueva capital europea.
Esta pintora de raíces conquenses en el municipio de Villar de la Encina hizo un nuevo trazo en el lienzo particular de su vida para dibujar un nuevo camino hacia la capital inglesa “para estudiar inglés e intentar moverme en el mundo del arte británico”.
Menos de un año después, Elisabeth no sólo ha conseguido sumergirse en el arte británico y conseguir que sus cuadros luzcan en distintos espacios de la capital inglesa, sino que además ha sido reconocida en una feria de arte como paso previo a un aluvión de propuestas para que sus cuadros sigan apareciendo en rincones londinenses, además de otras localizaciones en España. “Ha sido algo que ha llegado todo de golpe en apenas un mes, me he visto algo sobrepasada pero al mismo tiempo muy agradecida después de estar mucho tiempo trabajando para esto”, admite.
Sin embargo, no ha sido todo un camino de color de rosa como le hubiera gustado pintar. La artista de origen conquense confiesa que la llegada y los primeros meses fueron más duros de lo esperado: “En un principio, llegué con muchas ganas y Londres me abrió las puertas, me apunté a una academia de inglés para mejorar el idioma pero sólo conocía a españoles, por lo que me apunté a cursos de pintura, la gente me preguntaba que por qué hacía eso si yo ya sabía pintar, pero lo cierto es que uno no deja nunca de aprender y me sirvieron tanto para aprender el idioma, además de cosas nuevas”.
Conseguido el primer paso, la artista comenzó a enviar su carta de presentación a distintas galería y espacios culturales, “no paré de mandar peticiones y propuestas a galerías” las cuales eran rechazadas o simplemente no daban respuesta alguna. Una situación que comenzaba a teñirse de gris, “hubo un momento que llegué a desilusionarme, pero me prohibía a mi misma frustrarme o estar triste, también jugó un papel fundamental el apoyo familiar y el de mis compañeros, que hicieron posible que esto fuera mágico”, señala Elisabeth que vio premiado su esfuerzo y perseverancia con la oportunidad de exponer en el Espacio Gallery en Shoreditch, lo que supuso todo un punto de inflexión.
La artista enconquensada dio el salto a las feria de arte, exponiendo en la ‘Art Fair Day en el barrio de Hampstead. “Son ferias de arte que se celebran todos los años en Londres y que tienen una duración de un día. Me dieron la oportunidad de exponer y presenté hasta tres cuadros que era el máximo permitido”. Así, sus pinturas estuvieron de cara al público y los jueces de esta feria de arte que, para sorpresa de la propia pintora, eligieron su cuadro como ganador.
“Me di cuenta de ello cuando fui por la tarde a recoger los cuadros, al acercarme a uno de ellos vi que tenía un cartelito que ponía ‘winner’ (ganador en inglés), al preguntar me dijeron que había ganado uno de los premios que se repartían en la feria de arte, la alegría fue inmensa”, confiesa la artista. Un reconocimiento que le ha valido para volver a conseguir hueco en más exposiciones.
Así, del 5 al 7 de julio, Elisabeth ha exhibido sus obras en la Parallax Art Fair de Kensington, mientras que en septiembre, su arte continuará mostrándose al público londinense en la New Artist Fair “Summer exhibition” en Brick Lane, localizaciones que son todo un punto de reunión para compradores de arte. Sin embargo, no sólo en tierras británicas tiene puesto el foco esta pintora, ya que asegura estar trabajando para poder tener obras suyas en Sevilla el próximo abril de 2020.
"Quiero exponer por todo el mundo, yendo paso a paso, haciendo currículo pero sin perder el contacto con mis raíces"INFLUENCIAS BRITÁNICAS
En cuanto a su estilo, la propia Elisabeth señala que continúa dejando gotas de vivencias biográficas en los trazos de sus obras. Si bien, su nuevo entorno le ha transmitido “nuevas sensaciones que hacen que haya un poco de todo. Recuerdo que exponer en Cuenca me supuso un paso importante por que enseñar esos cuadros era como enseñar una parte de mí, algo que en Londres me ha costado menos al tener esa sensación de estar en un sitio nuevo. Al principio, los cuadros eran totalmente diferentes, con colores planos, pero pese al cambio sigo moviéndome en la rama del realismo y aprendiendo nuevas técnicas con el acrílico, pese a que siempre había pintado sobre óleo”, afirma.
Y es que tal y como reza el dicho, el viajar expande la mente y abre las miras de uno mismo. En el caso de Elisabeth no ha sido menos, poniendo como ejemplo su relación con el arte moderno. “Siempre me ha costado el hecho de que me gustara el arte moderno, pero es algo que aquí ha cambiado por completo. Por ejemplo, antes veía los cuadros de M. Rothko como muy simples, pero el hecho de venir hasta aquí y observarlos en directo y tenerlos enfrente de ti es algo totalmente diferente. La verdad es que visitar e impregnarme de alguna forma con el arte de aquí me ha ayudado mucho y estoy más abierta a otras propuestas”, admite.
PASOS HACIA DELANTE
Tras su periplo londinense, Elisabeth subraya que su intención es continuar por un tiempo en terreno británico “con las señaladas visitas a Cuenca, que son menos de las que me gustaría la verdad”, declara la artista que pone el punto de mira en seguir conquistando rincones del mundo con sus obras. “Estoy enamorada de la ciudad, del arte, e incluso del tiempo que es algo de lo que siempre se suele quejar mucha gente que vienen a vivir aquí”, bromea.
Así, esta pintora continúa dando pinceladas hacia el día de mañana que le permitan “exponer en todos los lugares, posibles, yendo pasito a pasito, haciendo currículo, pero sin perder el contacto con mis raíces”.