Psico Ballet es mucho más que una compañía de danza. Intergeneracional y diversa, su principal objetivo es acercar a la infancia y a la juventud el mundo de la discapacidad desde un punto de vista creativo. Su última creación, Su Realismo, dirigida por Gabriela Martín León, plantea un recorrido onírico basado en la estética del movimiento surrealista. Una veintena de bailarines y bailarinas de entre seis y sesenta años, entre ellos algunas personas con capacidades diferentes, dan vida en el escenario a esta obra que recalará este sábado 3 de diciembre en el Teatro Auditorio José Luis Perales de Cuenca (19:00 horas), coincidiendo con el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.
“El surrealismo habla de dejar a un lado la razón y guiarse por una estética diferente. Decidimos realizar este espectáculo porque nosotros nos sentimos muy cómodos con esta idea dado que no guardamos una estética normalizada ya que en la compañía hay cuerpos muy diferentes”, cuenta Gabriela Martín, directora artística del proyecto Su Realismo, además de coreógrafa del montaje junto a Maite Gámez, Esther Gómez y Pilar Muñoz.
Aunque en la creación también han tenido una participación activa los propios intérpretes. “Les explicamos en qué consistía el surrealismo y tuvieron que traer sus aportaciones. Iban proponiendo movimientos o sensaciones que les despertaba este movimiento. Y de ahí fuimos cogiendo ideas para dar forma al espectáculo completo. Fue un proceso muy bonito”, celebra Martín, que explica que la compañía apuesta por el “trabajo horizontal” para que los bailarines y bailarinas formen parte de la producción de la obra.
ESPECTÁCULO DINÁMICO
Su Realismo –una pieza de danza contemporánea que hace un recorrido por los principales representantes de este movimiento en diferentes disciplinas como la música, la poética, la escultura y la pintura– trabaja con varios objetos cotidianos otorgándoles una realidad diferente, según explica la responsable del proyecto, que describe esta obra como un “espectáculo inclusivo, muy visual, dinámico y con mucho movimiento y colorido”, incluyendo también el montaje –que se estrenó justo antes de la pandemia y tuvo que hacer un largo parón por la situación– diferentes proyecciones.
El grupo que escenifica este espectáculo, que está dirigido al público familiar, es una de las tres compañías inclusivas de la Fundación Psico Ballet Maite León, una organización sin ánimo de lucro creada en 1986 por la bailarina y coreógrafa Maite León –madre de Gabriela– a raíz de la discapacidad intelectual de una de sus hijas.
“El surrealismo habla de dejar a un lado la razón y guiarse por una estética diferente. Decidimos realizar este espectáculo porque nos sentimos cómodos con esta idea dado que en la compañía hay cuerpos muy diferentes”Aunque la compañía Psico Ballet surgió incluso antes de la propia fundación, en concreto, en 1980, estando en sus inicios formada por unos cuarenta integrantes. Sus primeros montajes tenían un fuerte carácter reivindicativo, mostrando tristes realidades sociales como el ocultamiento por aquel entonces de las personas con discapacidad.
La compañía está formada hoy por dos elencos de veinte personas, participando en las giras una veintena de bailarines y bailarinas. En el plano exterior, sus principales objetivos son generar espectáculos accesibles y acercar la diversidad especialmente al público infantil y juvenil a través del arte desde un punto de vista “positivo” y también “profesional”. “Todos nuestros espectáculos buscan la excelencia y que se muestre la profesionalidad de la diversidad, la variedad y la riqueza de los diferentes cuerpos que hay en el escenario”, apunta Martín, quien añade que muchas veces sus obras van también acompañadas del desarrollo de talleres didácticos en colegios.
SUPERACIÓN
Y en el plano interno, la compañía dota a sus integrantes de estrategias y herramientas de disciplina escénica, capacidad de superación, solidaridad y trabajo en equipo.
Psico Ballet es solo una parte del trabajo que realiza la Fundación –hoy dirigida por Gabriela Martín–, que cuenta con una escuela inclusiva que trabaja con una metodología propia, el Método Psico Ballet Maite León, y a la que asisten alrededor de 300 alumnos y alumnas. “Viene gente con y sin diversidad y se forman en danza, teatro, música y maquillaje escénico. Todas las personas pueden formar parte de una de las compañías”, indica la responsable.
Porque la Fundación cuenta con tres compañías: la de la escuela, que es la inicial; Psico Ballet, que es la intermedia; y finalmente, la profesional, que está dirigida al público adulto y escenifica espectáculos más conceptuales y contemporáneos, moviéndose en circuitos profesionales. Las tres tienen un objetivo común: trabajar por una cultura inclusiva.