El club Las Casas Ahorcadas, que suma ya nueve años organizando talleres de lectura y encuentros literarios con la novela negra como protagonista, vivió el pasado jueves una jornada muy especial al conseguir traer a Cuenca a un escritor internacional con mucha repercusión en el género, el francés Marin Ledun, que con ‘En silencio’ obtuvo en 2016 el premio Transfuge a la mejor novela francesa.
Pese a lo limitado de su presupuesto, prácticamente inexistente salvo en el caso del Encuentro de Novela Negra, que celebrará su sexta edición en abril de 2019, el empeño del promotor del club, Sergio Vera, por situar a Cuenca en el mapa de la novela criminal sigue dando sus frutos, y todo apunta a que irá yendo a más gracias a su constancia. “Con los años voy teniendo más contactos y se va notando”, admite un Sergio Vera que por ejemplo colabora con el blog de novela negra de El País de nombre ‘Elemental’.
El hecho de que Vera sea también el nuevo director de la colección de novela negra de Ediciones Versátil, y publicado el prólogo de la traducción de ‘En silencio’ al español, ha ayudado a conseguir la presencia del autor, como también que Ledun participe estos días en el festival Getafe Negro, lo que le situaba a un par de pasos de la provincia.
Tras la presencia de Ledun, para esta temporada Sergio Vera tiene apalabrado un encuentro con el tándem formado por David Zaplana y Ballabriga, quienes hablarán de su novela ‘La paradoja del bibliotecario ciego’, y de Antonio Huertas. Ha empezado asimismo a estudiar quiénes formarán parte de la programación del nuevo encuentro de novela negra y no descarta celebrar otro evento en junio. Además, recuerda que en septiembre el club otorgó el premio Tormo Negro a Carlos Augusto Casas por su novela ‘Ya no quedan junglas adonde regresar’.
En paralelo a ello, los miembros del club, que ya suman en torno a 60, se siguen juntando semanalmente para leer y comentar novela negra. En los últimos dos cursos se centraron en novela japonesa y mexicana, respectivamente, aunque Vera reconoce que no funcionó como esperaba. “El problema es que la sociedad japonesa nos resulta demasiado ajena, extraña, y el argot del mexicano hace que la lectura se les haga a muchos cuesta arriba”.
Así que este año Vera ha apostado por una literatura con la que la sociedad española está mucho más familiarizada y que no puede fallar: los clásicos americanos del pasado siglo, con autores como Dashiell Hammet (‘El halcón maltés’) o Raymond Chandler.
En el club se hará hincapié en cómo ha ido evolucionando la figura del detective y se compararán los textos con su traslación a la pantalla.
“Para mí es como volver a los cimentos del club, sobre todo pensando en quienes se han adentrado en él en los últimos años”.
El gran reto pendiente, eso sí, es llegar a más gente menor de 30 años, pues estos son minoría. “Parece que entre los jóvenes hay poca afición y es difícil llegar. Hay que tener constancia y algunos se apuntan pero enseguida se asustan”, lamenta.