El imparable avance de las nuevas tecnologías sigue revolucionándolo todo: nuestra forma de comunicarnos, de leer las noticias, de escuchar música, de consumir el cine. Cada persona tiene una pantalla en la que cabe todo y se está perdiendo la costumbre de comprar un periódico de papel, un disco o una película. También la de ir al cine.
Al menos los festivales parecen estar a salvo de los nuevos hábitos: al durar en torno a una semana, proyectarse novedades y contar con la presencia de directores y actores, hacen que la gente se vuelque y se cree un ambiente muy especial. En el más importante del país, el de San Sebastián, la gente es capaz de esperar una hora larga bajo el paraguas para ver una película china o rumana, rusa o colombiana, de la que apenas se tienen referencias. Y ya si el director es conocido, la expectación es máxima.
‘FE DE ETARRAS’, DE BORJA COBEAGA
Cerca de 3.000 personas, por ejemplo, asistieron a la proyección de Fe de etarras, nuevo filme de Borja Cobeaga, director de Pagafantas y coguionista de Ocho apellidos vascos y Vaya semanita. Una película que, precisamente por esas nuevas formas de consumo, no va a estrenarse en pantalla grande, sino a través de la plataforma de entretenimiento Netflix, que ofrece películas y series de televisión de pago por internet.
La protagoniza un grupo de terroristas que comparten un piso franco en Zaragoza en aquel verano de 2010 en el que España se proclamó campeona del mundo de fútbol en Suráfrica. El problema es que, al contrario que el anterior filme de Cobeaga, Negociador, muy sutil en la relación que el personaje inspirado en Jesús Eguiguren mantiene con los terroristas o con sus vecinos mientras se come un filete en el bar, aquí se abusa de los tópicos del llamado humor vasco, que tras tocar techo con Ocho apellidos vascos da la impresión de estar agotado. Pese a ello, hay buenos momentos, como cuando se dice que vascos son “los que pueden jugar en el Athletic” o cuando los terroristas se ven obligados a comprar una bandera de España para pasar desapercibidos en el vecindario, volcado con ‘La Roja’. Y las carcajadas se multiplican cada vez que aparece en escena el conquense Julián López, que interpreta a un terrorista procedente de Chinchilla (Albacete) que desde joven soñaba con hacer “algo grande” para contribuir a la independencia de Euskadi y decoraba su habitación con fotografías de los etarras más buscados. Es verdad que su personaje puede resultar esquemático, pero en estos tiempos tan convulsos resulta saludable poder reírnos de lo absurdo de nacionalismos y banderas.
‘LA PESTE’, de alberto rodríguez
Donde hay más originalidad y talento es en el cine de Alberto Rodríguez, que tras La isla mínima y El hombre de las mil caras ha rodado su primera serie para televisión impulsada por Movistar+. Se titula La Peste. Ambientada en la Sevilla del siglo XVI, narra el empeño de un hombre perseguido por la Inquisición por hacerse cargo del hijo de un amigo en una ciudad que empieza a perder su esplendor y sufre un brote de peste que sus dirigentes tratan de ocultar. Lástima que solo se proyectaran dos de los seis capítulos de los que consta la serie.
‘LOVING PABLO’, DE FERNANDO LEÓN DE ARANOA
El Festival de San Sebastián sirvió también de marco de presentación en España de la nueva película de Fernando León de Aranoa, Loving Pablo, una nueva versión de la vida y la muerte del narcotraficante colombiano Pablo Escobar que en este caso sí está previsto que llegue a los cines y con la que el director de Barrio sigue el camino internacional que arrancó hace un par de años con Un día perfecto. Lo protagonizan unos Javier Bardem y Penélope Cruz en todo su esplendor, aunque hay momentos en los que Cruz resulta un tanto ridícula en su papel de periodista ligera de cascos que se enamora del hombre que no debe y cuya relación le marcará hasta el punto de cerrarle las puertas de la popularidad y convertirla en una apestada.
Lo que no se entiende (salvo por intereses meramente comerciales, claro) es que la película esté rodada en inglés y no en colombiano. Y, por muy impactante que pueda resultar la vida de Escobar, en realidad no cuenta nada nuevo sobre aquel populista extorsionador de origen campesino que le declaró la guerra al gobierno cuya biografía ya ha sido demasiado explotada en el cine, con al menos una docena de filmes, entre ellos el reciente Escobar: Paraíso perdido, de 2014, con un Benicio del Toro con el que Bardem guarda además semejantes físicas y actorales.
‘HANDIA’, DE AITOR ARREGI Y JON GARAÑA
La película que desde luego merece llegar a todas las salas, y proyectarse en versión original (euskera y castellano), es la nueva propuesta de los creadores de Loreak, Aitor Arregi y Jon Garaña. Se llama Handia y narra la historia real de un hombre de unos 2,40 metros de altura nacido en 1881 en Alzo, Gipuzkoa. Ni él, por su gigantismo, ni su hermano, herido en el brazo durante la guerra carlista, pueden ocuparse del caserío familiar, por lo que intentan ganarse la vida recorriendo Europa y exhibiendo al gigante a cambio de unas monedas. Un intenso deambular en el que recibirán el aplauso del público pero también las burlas por su aspecto y por su acento. El filme obtuvo el Premio Especial del Jurado.
‘EL AUTOR’, DE MARTÍN CUENCA
Un filme con posibilidades de hacer taquilla es El autor, de Manuel Martín Cuenca. Inspirado en una novela de Javier Cercas, narra la historia de un gris oficinista obsesionado con escribir “una novela de verdad”, alejada del best-seller por el que su mujer, a la que envidia de forma insana, ha alcanzado la popularidad y el prestigio.
El problema de esta película con banda sonora de José Luis Perales a mi entender un poco fuera de lugar es que no logras empatizar ni un poco con su protagonista, muy bien interpretado por Javier Gutiérrez pero que encarna el colmo de un cinismo que se acrecienta y se vuelve más repugnante en cada escena, pues todo le vale para hacer real su sueño, incluso pisotear a los más débiles: un hombre solo de avanzada edad, un matrimonio de inmigrantes cuyo padre de familia se ve afectado por un ERE, una portera cincuentona que siente como la vida se le ha escapado de las manos.
Lo mejor del filme, las breves intervenciones de Antonio de Torre en un papel menos comedido de lo habitual, el de un profesor que anima al protagonista a escribir mientras devora langostas y piernas de cordero regadas de copas de vino.
‘MARROWBONE’, DE SERGIO G. SÁNCHEZ
A Sergio G. Sánchez, guionista de El orfanato o Lo imposible le gusta, como a Juan Antonio Bayona, abusar de la música para intentar generar sentimientos y crear tensión. Lo hace en su primera película como director, Marrowbone, la historia de tres hermanos que huyen con su madre de la violencia de su progenitor e intentan reiniciar su vida en una granja abandonada. Pero la bestia dará con ellos y se sucederán toda una serie de escenas que buscan asustar, y lo consiguen, con ecos de Los Otros, Psicosis o El orfanato como claros referentes pero sin su magia.
MUJERES DIRECTORAS
Si por algo ha destacado este año el festival de San Sebastián es por la relevancia que las mujeres han tenido en el palmarés. La directora argentina Anahí Berneri, que hace unos años ya mostraba su talento con Encarnación y Aire libre, se ha convertido en la segunda mujer en la historia del certamen que gana la Concha de Plata a la mejor Direccción gracias a Alanis, inmersión en el día a día de una joven madre soltera que se gana la vida como prostituta, para lo que otras prostitutas se hacen cargo de su bebé de 14 meses. Los problemas se le acumulan, pero ella pisa fuerte el suelo con sus tacones. Y otra mujer, Laura Mora, dirige Matar a Jesús, la historia de una joven que busca al hombre que asesinó a su padre de un tiro ante sus propios ojos en una Medellín sin ley, un intenso filme callejero que ha logrado el Premio de la Juventud.
A destacar, también, la cruda Custodia compartida, del francés Xavier Legrand, un episodio de maltrato de género llevado al extremo, o El tercer asesinato, de Hirokazu Koreeda, donde el prolífico cineasta japonés abandona su cine familiar por un thriller centrado en la investigación de un asesinato, una película muy bien contada pese a que no engancha tanto como los anteriores filmes de este gran director.