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China se fija en Segundo Santos para protagonizar un documental

La de este fabricador de papel pedroñero es una de las cuatro historias que narra el filme ‘Common Destiny’, con escenas rodadas en Cuenca y que se exhibió en el reciente Festival Internacional de Cine de Venecia
China se fija en Segundo Santos para protagonizar un documental
Foto: Saúl García
15/09/2018 - Gorka Díez

En China, hace 2.000 años, se inventó el papel. Y visitar este inmenso y poblado país asiático, de más de 1.355 millones de personas, era el sueño del fabricante de papel Segundo Santos (Las Pedroñeras, 1951) desde que, hace ya más de cuatro décadas, empezó con esta laboriosa y artesanal tarea siguiendo tanto la tradición china como la de quienes en España (por donde llegó a Occidente) empezaron a fabricar papel a finales del siglo XV, también en localidades de la provincia como Palomera, de donde procede el primer papel fino hecho en España.

El caso es que este conocido papelero ha cumplido su sueño de la manera que nunca imaginó: convirtiéndose en uno de los protagonistas de un documental chino presentado en la pasada edición del Festival Internacional de Venecia, ‘Common Destiny’, que narra la historia de cuatro personas de distintos continentes a la búsqueda de un sueño.

A los productores del filme les llamó la atención que Segundo Santos hubiera mantenido durante cuatro décadas un taller para confeccionar papel a mano con materiales como la celulosa y el algodón partiendo, aunque con matices, de la tradición china, un trabajo del que en 2015 se hizo eco un reportaje de televisión que tuvo cierta repercusión en aquel país.

El papel marca Segundo Santos tuvo en sus inicios mucha demanda como soporte de obras de arte de gran formato, siendo utilizado por artistas como Tàpies o Lucio Muñoz. Con él confeccionó además artículos como lámparas o agendas que vendía en su tienda de la anteplaza y, ya a mediados de los noventa, tras editar su primer libro-objeto con poemas de Quevedo, inicialmente ideado “para regalar a los clientes”, la buena acogida le llevó a reproducir versos de autores como Luis García Montero, Ángel González, Luis Alberto de Cuenca, Diego Jesús Jiménez, César Antonio Molina u Olvido García Valdés: todos querían ver impresos sus poemas en el papel de Santos.

El documental ‘Common Destiny’ parte de la historia real de Santos aunque introduce elementos de ficción. “Aparezco como un hombre jubilado al que su hija regala un viaje a China porque la época del papel ha desaparecido y es mi sueño. Nunca creí que iba a tener una oportunidad tan buena para conocer los orígenes del papel, porque ciertamente allí siguen haciendo el mismo papel artesano que hace 2.000 años, con los mismos clientes (calígrafos y pintores): ha cambiado muy poco”.

UN RODAJE DE 20 DÍAS

Aunque el resultado le gusta, este hombre poco dado a ser retratado por las cámaras reconoce que le costó rodar. “Fueron 20 días en China y la verdad es que no sabía que hacer una película era algo tan pesado. Hay que repetir muchas escenas y se me hizo eterno. Pero, aunque no me gusta nada actuar, no tuve más remedio que dejarme”.

La recompensa ha sido grande, al verse invitado a un festival como la Mostra. “Te llevan al Lido en un taxi acuático… No lo imaginé ni en los mejores sueños. Impresiona pero te acostumbras porque, a fin de cuentas, vas a hablar de lo tuyo. Y tenía una persona que iba traduciendo lo que hablaba al inglés”.

Sucede además que el filme también tiene varias escenas rodadas en Cuenca, donde el equipo del documental rodó unos diez días. “Y la ciudad sale preciosa. Creo que solo por ello el documental merece la pena: puede servir para promocionar Cuenca en un país con tanta población”.

Eso sí, está por ver si el filme encuentra distribución más allá de su país de origen. “Yo pregunté pero no saben si se podrá ver en España. De momento en Venecia se hicieron varios pases privados con el fin de buscar financiación y circuitos donde exhibirla”.

Mientras tanto, Santos, que, como el personaje del documental se jubiló recientemente y hace ya tres años que cerró su tienda de la Anteplaza, sigue acudiendo periódicamente al taller, donde prepara una exposición de sus trabajos que le gustaría que itinerara por bibliotecas y centros educativos. Y algún que otro trabajo sigue haciendo, aunque “experimental: nada profesional porque no podría facturar”.

Para que su labor no se detenga, se muestra interesado en dar clases a quienes quieran aprender el proceso de fabricación de papel, para lo que está en contacto con gente de Madrid, Valencia o Jaén, abierto a que haya incluso quien se anime a heredar su taller. Porque, por mucho que, ante el boom de lo digital, se diga que el papel tiene el futuro limitado, Santos le sigue augurando un largo porvenir. “Es verdad que ahora se escriben más cosas para no ser impresas que impresas, y que la contaminación que produce el papel es tremenda, pero como almacén, es infalible: hay soportes electrónicos que con el tiempo no se pueden abrir porque cambian los programas, mientras lo escrito en papel permanece. Y aún le queda tiempo”.