No fue un crimen. Fue el Caso Grimaldos. El de un pastor, José María Grimaldos, natural de Tresjuncos, apodado El Cepa- dicen que por su baja estatura o por su poca sesera- que recibe burlas constantes por parte del mayoral de la finca en la que trabaja, León Sánchez y del guarda, Gregorio Valero. En agosto de 1910 desaparece y lo que sucede después ha escrito páginas y páginas de la crónica negra española.
Sánchez y Valero son sospechosos de asesinato e incluso se declaran culpables tras fuertes torturas y son condenados a 18 años de cárcel de los que cumplieron 12. Dos años después de salir de prisión gracias a dos indultos, aparece sin más la supuesta víctima, El Cepa, que pide su partida de nacimiento en Tresjuncos para casarse en Mira.
Una historia increíble y truculenta carne de cañón para el cine. Pilar Miró cogió el guante y la rodó en 1979, aunque fue prohibida por un juzgado militar y secuestrada hasta 1981, marcando un antes y un después en el capítulo de derechos y libertades de este país.
La película, de la que se cumplen en 2019 cuarenta años de su rodaje, ha sido y es una de las más vistas de la historia del cine español, y precisamente por lo que supuso, el director Víctor Matellano ha querido rendirle un homenaje con el documental ‘El regreso de El Cepa’ que se rueda estos días en Belmonte, Osa de la Vega, Tresjuncos y Villaescusa de Haro.
El actor que interpretó a Grilmados, Guillermo Montesinos, se reencuentra con los mismos escenarios, y este regreso es el leiv motiv de una cinta que recupera testimonios de otros actores de la película como Héctor Alterio, que hizo el papel del juez Isasa, Mercedes Sampietro que interpretaba a Alejandra, o Paco Casares, el teniente Taboada.
Para el director, el documental tiene dos objetivos: destacar lo importancia del cine para el avance de la libertad de expresión “y ponerme en la piel de una directora en los años 70”, explica.
Matellano destaca además la importancia que tuvo el rodaje para los pueblos de la zona. “A pesar de las connotaciones negativas que pudiera tener lo del crimen de Cuenca, todos lo recuerdan con mucho cariño y nos han acogido muy bien. Los vecinos están orgullosos de que se haya contado y que se haya hecho justicia a nivel divulgativo”, indica.
UN ENCUENTRO ESPECIAL
Especialmente emocionante ha sido para Montesinos. “Está muy sensible, el primer abrazo con los belmonteños ha sido estremecedor. Para él supone mucho, porque fue su primer gran papel, su despegue y por eso lo está viviendo así, lleno de emoción”, ha destacado Matellano.
‘El regreso de El Cepa’ tendrá como hilo conductor este reencuentro de Guillermo Montesinos con las diferentes localizaciones, con sus recuerdos.
Esto servirá para mostrar aspectos de cómo se fraguó la idea de la película. Fue en un pantano conquense, mientras se grababa ‘El perro’, en el transcurso de una cena entre el actor Jason Miller-el famoso padre Karras de El Exorcista- y los guionistas Juan Antonio Porto y Lola Salvador. Es Porto el que narra a sus compañeros la historia del Caso Grimaldos y Miller les anima a llevarlo a la gran pantalla.
También aparecen entrevistados el músico Antón García, o Hans Burmann, director de fotografía.
Para el análisis de las circunstancias de ‘El crimen de Cuenca’ aportan sus testimonios el abogado de Pilar Miró en el proceso judicial del secuestro de la película, Joaquín Ruiz; el entonces director general de Cinematografía, Carlos Gotari; y expertos juristas como Javier de León o Estefanía Muñíz; además de, por supuesto, los vecinos y vecinas de Belmonte, “y alguna otra sorpresa”, avanza el director.
El rodaje durará tres semanas y tendrá lugar también en algunas localizaciones de Borox (Toledo) y Madrid.