Ya han pasado casi tres años desde que tomó la iniciativa de montar una biblioteca, donde los vecinos y visitantes de Collados tuvieran la oportunidad de poder leer un libro y enriquecer su espíritu, al tiempo que ocupaban su tiempo libre y evitaban el hastío.
Tiempo en el que muchos han sido los avatares y no menos el tiempo dedicado a hacer realidad esta aventura, que iniciara Antonio Bernal cuando vio un montón de libros tirados en el suelo de una habitación del antiguo ayuntamiento de esta pequeña pedanía del municipio de Sotorribas.
“Me dio mucha pena ver esos libros tirados en el suelo de una habitación, sin que nadie reparara en ellos, sobre todo, porque yo no fui a la escuela todo lo que quise y no podía permitir que eso siguiera así”, asegura Bernal.
No lo dudó, los recogió y vio en otro edificio municipal, donde antaño estuvo el teléfono púbico, el lugar idóneo para darles una nueva oportunidad, una segunda vida, con la apertura de una pequeña y particular biblioteca.
Detrás de ella, mucha dedicación. Y es que muchos de esos primeros libros había que repararlos. El paso del tiempo y la dejadez había hecho mella en ellos, pero, según recalca Bernal, aún se estaba a tiempo para algunos de ellos, aunque para otros era demasiado tarde.
Los amigos y conocidos fueron el siguiente eslabón de esta cadena. Y este director de banco jubilado y casado con una oriunda de Collados, recurrió a ellos para seguir avanzando en este proyecto. Tan solo pedirles que “si tenían algún libro del que se quisieran deshacer, que no lo duraran y se lo dieran para que engrosaran los fondos de esta biblioteca, en la que había puesto su empeño para dar una segunda vida a estos libros, que, según remarca, son un conjunto de conocimientos que los autores ponen a disposición del lector, después, en muchos casos, de mucho tiempo de documentación.
Bernal muestra su satisfacción por la buena respuesta que está teniendo esta campaña de recaudación, que puso en marcha hace varios meses en Facebook, en primer lugar, a través del perfil Urbicuenca y ahora el de Biblioteca de ColladosA esta colaboración también se unió el Ayuntamiento de Sotos, que en un principio colaboró con la donación de un ordenador de segunda mano, pero “muy útil”, según Bernal, puesto que le ha permitido informatizar y catalogar todo el fondo bibliográfico, y que ha complementado recientemente con la entrega de unas estanterías nuevas, que se suman a las que puso él en un principio para colocar los primeros libros.
Ese mismo espíritu de colaboración, con el que recurrió a su círculo más cercano, le ha llevado a la puesta en marcha de una campaña de recaudación de libros en Facebook, a través del perfil ‘Urbicuenca’. Después de dos meses, la respuesta de los ciudadanos ha cogido por sorpresa a este jubilado de 73 años, quien remarca la buena acogida que está teniendo, hasta el punto de que “algunas personas han llegado a comprar libros ex profeso para esta causa”, manifiesta.
Colecta online que sigue vigente, ahora a través del perfil 'Biblioteca de Collados', a la espera seguir enriqueciendo esta singular biblioteca, que ya cuenta con más de 1.700 ejemplares de todos los estilos y temáticas, y que abre sus puertas cada fin de semana que va al pueblo desde la capital. Un recurso cultural que cobra especial relevancia en el medio rural y en un escenario tan particular como el actual, que ha estado marcado durante varios meses por el confinamiento domiciliario, y, en consecuencia, con mucho tiempo que dedicar, por ejemplo, a la lectura. Los usuarios de esta particular biblioteca son pocos y en su mayoría mujeres casadas de mediana edad o jóvenes con edades comprendidas entre los 12 y los 14 años, pero, eso sí, está llamada a ampliar su número, sobre todo, por el empeño y dedicación que le presta su promotor, Antonio Bernal.