‘Caminos de ida y vuelta’, trabajo de la joven artista Esmeralda Gómez (Tomelloso, 1993), ganadora de la segunda convocatoria de proyectos expositivos ‘Espacio Disponible’ de Lamosa, es la primera propuesta del Laboratorio Artístico Modulable para este año.
Las protagonistas son Cuenca y Berlín, muy distintas y “muy importantes” para esta creadora, graduada en Bellas Artes por la facultad de Cuenca y que sintió “un flechazo inmediato” al conocer Berlín en 2015.
Una urbe en la que artistas de todas partes del mundo “se encuentran en busca de la profesionalización artística”, reflexiona, al tiempo que remarca cómo ese “tránsito continuo entre ambas ciudades es el concepto de la propuesta expositiva”.
Como artista, Cuenca le aporta “muchísima libertad”, además de un “ambiente muy recogido” que permite establecer con otros creadores contactos “que son bastante significativos y más duraderos, quizá, que los que puedes establecer en Berlín”, ciudad que, por su parte, “aporta muchísimos estímulos”.
Gómez se ha acercado a las dos urbes con una mirada transdisciplinar y muy centrada “en el juego que supone habitar una ciudad y lo que se puede descubrir en ella y que intenta sorprenderse y generar pequeñas historias dentro de ese espacio”.
Como resultado de este ejercicio, en el espacio Lamosa se puede ver la serie ‘Dibujos (de) extraños’, realizados en Cuenca; otra desarrollada en Berlín y titulada ‘Walked drawings’; dos formatos A3 con explicaciones de proyectos relacionados con Cuenca; una serie de seis fotografías titulada ‘Alicates’, que indaga en las fronteras urbanas que encontramos en la ciudad y la serie ‘Peregrinajes’, integrada por tres fotografías tomadas en Cuenca y que muestran la relación entre “el caminar y la religiosidad, que están muy ligados aquí”.
En el caso de Berlín, se ha centrado en su devenir histórico que, defiende, “ha determinado su manera de organizar el espacio urbano y de construir la memoria colectiva” y, con tal motivo, tiene mucha presencia en la exposición ‘Contra el muro’, serie de postales de la República Democrática Alemana a la que acompañan una instalación de vídeo multicanal sobre una acción llevada a cabo en diferentes fragmentos del muro de Berlín.
Junto a él, ‘Berliner Luft’ (aire de Berlín), proyecto aún en desarrollo en torno al mito del “aire de Berlín, que simboliza libertad e inclusión”, afirma.
En el caso de Cuenca, Gómez muestra una ciudad más “conectada, que ofrece recorridos de continuidad” y cuya relación con la naturaleza “organiza mucho el espacio”. En su propuesta tiene cabida el Puente San Pablo, bautizado aquí como ‘El puente de los suicidas’, cuyo suelo, de espejos, refleja el cielo conquense.
Uno de los retos de la autora era que el espectador “sea parte de ese diálogo y pueda comprender las diferencias y similitudes de esos dos contextos urbanos”.
A los visitantes les recomienda acudir a la exposición con una mirada “muy libre, imaginativa y dispuesta a encontrar visiones alternativas”.
La muestra podrá visitarse hasta el 1 de febrero en el espacio Lamosa de la calle San Pedro.