Son mucho más que vehículos repletos de novelas y cuentos. El trato en ellos es muy estrecho, casi de confesor, de contar la vida. “¿Me aconsejas algún libro?”, pregunta Lourdes, una lectora empedernida de 54 años que viene a devolver cinco volúmenes y tres revistas al bibliobús que acaba de llegar de buena mañana al municipio conquense de Villar de Domingo García. Su bibliotecaria de confianza, Carolina Celis, le responde con otra cuestión: “¿De qué tipo?”
Lourdes es una de los 2.817 usuarios adultos (1.891 mujeres frente a 926 hombres) que tienen los dos bibliobuses que dan servicio a 102 municipios (unos 15.000 habitantes) de la provincia de Cuenca. A este número hay que sumar otros 1.432 carnés infantiles.
“Es una maravilla el servicio. Estoy muy contenta porque el trato es muy cercano. Me aconsejan siempre”, cuenta Lourdes, que aprovecha la visita del bibliobús para llevarse más documentos y también para solicitar el carné de usuaria de su hermana, que se va a ir a vivir a Villar de Domingo García, un pueblo de poco más de 200 habitantes.
Poco antes de que el bibliobús parta rumbo hacia Cuevas de Velasco, llega otra usuaria, Josefina, de 73 años, que también alaba la atención “familiar” de este recurso.
El mayor problema es la limitación del espacio aunque en los vehículos llevan “un poco de todo” para satisfacer a los distintos tipos de lectores. “Hay que conocer muy bien a los usuarios y lo que les gusta a cada uno para ofrecer un buen servicio”, indica Celis, que está en el bibliobús desde noviembre de 2020. “Estoy contenta porque este trabajo me permite aunar las dos cosas que más me gustan, los libros y el mundo rural”, añade.
Fondos bibliográficos
Para ofrecer variedad, los dos bibliobuses cuentan con un total de 44.196 fondos incluyendo libros, publicaciones periódicas y documentos de audio y vídeo, entre otras tipologías. Cada uno de los bibliobuses tiene capacidad para albergar unos 4.000 documentos por lo que la mayoría están en depósito y si alguien solicita uno, se le lleva.
Durante 2021 –salvo un pequeño periodo al principio del año en el que estuvieron sin salir debido a la situación sanitaria– se registraron 13.879 préstamos en los dos vehículos.
A este dato hay que sumar otros 452 documentos enviados a través del servicio regional ‘Pide y recibe’, que arrancó durante el confinamiento y se ha mantenido, lo que da una mayor cobertura especialmente a estos pueblos dado que los autobuses se desplazan a cada uno de estos municipios cada 29 días.
Cada jornada (se viaja de lunes a jueves; los viernes, el personal se encarga del trabajo técnico), estas bibliotecas móviles visitan tres o cuatro poblaciones, dependiendo del número de usuarios y de la distancia entre ellas. Para llegar a las 102 localidades, hay planificadas 35 rutas.
Como muestra de esa cercanía con los usuarios, el servicio mantiene un grupo de WhatsApp con ellos en el que les van avisando de las próximas visitas o si surge cualquier incidente.
El recurso también atiende a 30 colegios. Uno de ellos es el de Tragacete. “Los niños se vuelven locos. La mañana que van a venir al bibliobús están nerviosos. En los pueblos pequeños hay menos entretenimiento y esto les parece algo mágico”, considera esta bibliotecaria.
Lo confirma Natalia, maestra de este centro educativo: “Tengo alumnos de cuatro a once años. Les encanta. Los más pequeños se llevarían todos los cuentos si pudieran. Me parece una muy buena manera de fomentar la lectura. Yo también utilizo el servicio”.
Antes de la visita a Tragacete, el bibliobús se pasó por Vega del Codorno. Manuel, de 63 años, se ha mudado a este municipio procedente de Barcelona y es uno de los usuarios que no falta a su cita mensual con este recurso. “El servicio está muy bien. Es un fondo muy completo y muy amplio. Sorprende el nivel de novedades que traen. Carolina y Manolo me aconsejan. Me fío de lo que me tienen preparado porque saben lo que me gusta”, relata.
El Manolo del que habla, de apellido Blanco, es el conductor del recurso. Conoce el servicio a la perfección ya que lleva en él 28 años, tiempo a lo largo del cual ha podido observar la evolución demográfica negativa de la provincia. “Es brutal. Los pueblos estaban llenos de niños pero poco a poco se han ido reduciendo los colegios y también el número de alumnos en los que todavía quedan”, lamenta.
Por ello, alaba el papel de estos bibliobuses frente a la despoblación y destaca la “humanización” que brindan: “Los usuarios son muy agradecidos. En los pueblos pequeños hay pocos recursos. El trato es muy cercano y los vecinos te cuentan su vida. Si han ido al médico, si han estado de viaje...”.
Además del préstamo de documentos, los bibliobuses también desarrollaron a lo largo del pasado año diferentes actividades paralelas, entre ellas conciertos, cuentacuentos y sesiones de marionetas, entre otras. La intención es organizar más de cara a esta primavera.
Aniversario
En el conjunto de Castilla-La Mancha, hay ocho bibliobuses (uno en la provincia de Albacete, tres en la de Guadalajara y dos en la de Toledo, más los dos de la de Cuenca) que llegan a los pequeños pueblos sin biblioteca. Un total de 99 rutas recorren 293 localidades que aglutinan unos 84.000 habitantes.
El servicio de bibliobuses de la región celebra este año el 50 aniversario de su puesta en marcha. Para conmemorar la efeméride, el Gobierno autonómico desarrollará diversas actividades desde este verano hasta el periodo estival de 2023. Entre ellas destacan una exposición itinerante que hará un recorrido por el medio siglo de historia de este recurso y que se completará con una publicación digital. Un vídeo conmemorativo con las impresiones de usuarios, profesores, alumnos, bibliotecarios y conductores, entre otros; y concursos de relatos cortos, de fotografías o de cortos cinematográficos son otras de las acciones, a las que también se sumarán encuentros con autores y conferencias. Y para los más pequeños, habrá cuentacuentos y otras representaciones, así como talleres de dibujo y de manualidades.
Castilla-La Mancha ha regulado la obligatoriedad de prestar servicios bibliotecarios móviles en los municipios de entre 300 y 1000 habitantes, aunque desde la Junta aseguran que el recurso llega a cualquier pueblo que lo solicite aunque tenga menos población.
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