Entre los 23 artistas conquenses o vinculados a Cuenca que participan en la muestra inaugural de la sala de arte alternativo Kanoko, ubicada en la calle de Los Tintes, se encuentra Rodrigo Díaz (Cuenca, 1981). Lo hace con una obra muy minimalista y abstracta que incluye dibujo en carboncillo y el recorte de una revista antigua con la que busca llegar al público “con muy pocos elementos pero con lo suficiente para lanzar un discurso”.
Su participación en Abierto por obras, visitable hasta este domingo, supone el regreso a Cuenca de este artista licenciado en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Castilla-La Mancha que, tras varios años trabajando en un programa educativo del Museo de Arte Abstracto, hizo las maletas y en la actualidad reside en Andalucía, donde trabaja de profesor de arte.
“Mi casa está en Cuenca pero decidí irme a Andalucía porque hay más institutos y las bolsas se mueven más”, comenta. También, porque considera que en Cuenca no hay demasiadas oportunidades laborales. “No se termina de ofrecer trabajo para las personas que hay, y al final muchos tienen que emigrar”, lamenta.
Como artista, entiende además que un sector como la educación ofrece una alternativa con garantías ya que “la producción artística no genera por sí misma un volumen de ingresos suficiente como para vivir dignamente”. Aunque su labor educativa la considera “una propia actividad artística”. A la programación reglada suma talleres y actividades relacionadas con el arte que imparte para todo tipo de público, de niños a adultos. “Intento llegar a un público de todas las edades con un punto muy experimental y lúdico, alejado de las manualidades: me preocupa más la creatividad, el concepto de los procesos”.
ARTE COMO COMPLEMENTO
Sus creaciones personales las toma así como “un complemento más, una actividad que haces por necesidad”.
Últimamente, trabaja sobre todo en pequeños formatos, utilizando “técnicas muy sencillitas, dibujo con material tradicional, carboncillo, grafito… Sobre todo con collage… Es un ejercicio como muy introspectivo, relajado, tranquilo… Aunque puntualmente me adentro en otras vertientes un poco más experimentales”.
En Cuenca se pudo contemplar una muestra de su obra en el año 2013 dentro del ciclo Días de Arte Conquense que, con el apoyo del Ayuntamiento, dirige Carlos Codes. Pero no ha expuesto mucho más. “Casi todo lo que expongo es fuera. Puede ser contradictorio o no, porque aquí no hay tantos espacios donde exponer. Y también creo que es más interesantes proyectarte fuera, ya que la gente de aquí ya te conoce. Y esto te permite intercambiar experiencias con gente de otras ciudades”.
Abierto por obras
Intercambio que no obstante también se produce en la exposición organizada en Kanoko, en la que Rodrigo Díaz comparte sala con artistas como El Manchas, Alejandra Freymann o Ramón Freire. Unas obras dispares pero entre las que, a su entender, se establece un diálogo “real o imaginario” que no ha sido buscado fruto, quizá, de que muchas de las obras, aunque figurativas, beben del lenguaje abstracto “que caracteriza a Cuenca tanto por el Museo de Arte Abstracto como por la estela de Antonio Pérez. Es una mirada que se adquiere cuando uno es de aquí o se viene a estudiar o a vivir aquí. Una poesía común dentro de las particularidades de cada artista”.
