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Antonio Santos: "Para ser detective en Cuenca habría que ser de fuera"

Nos cuenta Antonio que la historia que se nos presenta se basa también en el éxito que el propio Mauricio Romero ha tenido con su anterior libro
Antonio Santos: "Para ser detective en Cuenca habría que ser de fuera"
19/04/2014 - Gema Ortega

El misterio nos ocupa toda la conversación con el escritor y columnista de este semanario Antonio Santos. Desde el pasado 7 de abril su nueva novela, La ruta de las ratas, ya está en las librerías. Pero, ¿conocemos quién y cómo es Antonio Santos?, ¿sabemos cómo es Mauricio Romero, su protagonista? A lo largo de esta charla amigable en torno a su libro y a este género, el de la novela negra o policiaca, iremos desvelando algunos de los secretos mejor guardados del escritor.


Antonio Santos ha escrito un libro “de nuevo ambientado completamente en Cuenca y su provincia, que además recoge sus usos y costumbres y que sale con una editorial de entidad, la barcelonesa Alrevés. Además va a ser vendido en toda España.  Es una oportunidad para que Cuenca salga de su ensimismamiento”. 


DE POETA A ESCRITOR DE NOVELA NEGRA

Antonio Santos es un poeta de 33 años. Nace en Honrubia. Vive fuera desde los 17 años hasta que viene a Cuenca, ciudad en la que reside actualmente. Estudió Humanidades y estaba dando clase de Lengua y Literatura hasta que llegó, como él mismo denomina, el ‘Mayo negro’, y fue despedido. Se prepara constantemente para poder acceder a alguna oposición y mientras tanto escribe y escribe. 


Santos se declara poeta más que narrador y empezó a escribir su primera novela negra por azar. Confiesa que aunque no es lector de este tipo de género, fue lo que le vino en aquel momento a la cabeza. Recordamos su primera novela: un conjunto de experiencias y relatos protagonizados por Mauricio Romero, el detective conquense. “Por aquel entonces trabajaba en una oficina y en ratos muertos escribí algún relato que enseñé a los amigos y que gustó. Y ahí empezó todo”.


Ni siquiera buscó editorial para su primer libro porque no pensaba que interesase a nadie y utilizó las redes sociales para enviar los relatos de ese primer libro. Ahora, después de algún tiempo, Antonio Santos nos presenta su segunda novela, con Cuenca como fondo, y con las peripecias de este detective de edad madura que recorre todos los rincones de esta ciudad tan mágica. 


La ruta de las ratas, su última creación, es una novela de unas 190 páginas en la que hay tres relatos que se entrecruzan. “Uno es un caso fantástico: el de la monja del Museo de las Ciencias y aparcamiento de Mangana, que se entremezcla con las momias del Cementerio de San Isidro, pasando de soslayo con las psicofonías de Villalvilla, lo que deviene al final en una trama más histórica con crimen incluido. Se ve muy bien el tema de la novela dentro de una novela porque es un crimen que se produce dentro de un club de novela negra”. 


El club al que se refiere es el conocido como ‘Casas Ahorcadas’ del que forma parte Santos, y que lo utiliza como referente esencial en su novela. “En el momento en que llegué, lo ví. Pensé esto tiene una historia”, explica.


Le preguntamos si Cuenca es una ciudad proclive como lugar para ambientar una novela negra. “Creo que Cuenca  tiene ese halo de misterio, que la hace protagonista de este libro. No es solo un escenario, ya que aparece siempre tomando vida propia. Creo que es una oportunidad para mi y para Cuenca”.


Nos cuenta Antonio que la historia que se nos presenta se basa también en el éxito que el propio Mauricio Romero ha tenido con su anterior libro, “pero llegado el momento se plantea seguir escribiendo porque esto le da para vivir algo mejor mientras simultanea la escritura con la investigación. Todo el mundo sabe quién es en Cuenca y conoce sus métodos”.


Mauricio Romero, el detective, “malvive gracias a la investigación”, dice Santos. Y En ese momento hablamos sobre si en Cuenca hay o no en nuestros días alguna agencia de detectives en ejercicio, pero Santos comenta “que en Cuenca lo mejor es que sean de fuera. Aquí se conoce todo el mundo, y esa es la base del libro. Ser detective en una ciudad donde todo el mundo se conoce pues no es fácil. Todo el mundo sabe todo”.


 Santos nos cuenta que ahora intenta recuperar el tiempo perdido y que lee “bastante novela de este género. Este año en el club de novela negra estamos leyendo autores italianos y también elegimos libros por temas. Entre mis detectives favoritos no figura casi ninguno. No tengo muchas referencias. Me considero un intruso porque vengo de la poesía, pero he leído sobre todo novela del Realismo Mágico y novela española de los años 40 y 50”.


Con su anterior libro parece que vendió entre 300 y 500 en papel “que está muy bien”, pero donde realmente tuvo un éxito incuestionable fue en la red, con más de 1.500 descargas. Esto lo dominan sobre todo los distribuidores. Y eso es lo que más falta me hacía”, asegura el escritor.


Antonio Santos intentó que se lo editaran en Cuenca pero no lo consiguió. “Fue en Cáceres donde se interesaron por ello, y con esta segunda novela he tenido mucha suerte”. 


COLUMNISMO

No queremos dejar pasar el momento final de este encuentro para solicitarle a nuestro columnista que nos haga una valoración sobre el columnismo y cómo lo ve en estos momentos. “¿Columnismo? -se pregunta en voz alta-. Qué difícil me parece. En el plano personal te permite expresarte y ser escuchado con un altavoz; algo que es muy importante porque no todo el mundo es escuchado en esta sociedad en la que vivimos, en la que se confunde el individuo con el individualismo y al hombre con el ser humano”.   


En el plano literario, Santos considera que “es un ejercicio de estilo importante que permite que en esos largos periodos en los que uno no cogería ni un bolígrafo pueda mantener la destreza libre de óxido. Cuando escribes tú, decides la intensidad de ese entrenamiento. Y en el momento en el que vivimos, en el que la prensa suele ser a menudo tendenciosa, permite expresar libremente una opinión sin tener que fingir objetividad a la vez que atendiendo a  corrientes como la sociología del conocimiento, permite tener una mayor capacidad para influir en el conocimiento que nuestra sociedad acoge como algo bueno. Eso sí, considero que hay que evitar siempre caer en el sofisma”.