Los teletipos digitales se hacen eco este lunes 5 de julio de 2021 del fallecimiento del famoso periodista y escritor Tico Medina, a los 86 años de edad, galardonado con multitud de premios nacionales y algunos provinciales o locales como lo fue el caso de Cuenca, ciudad de la que estuvo enamorado, pues se sentía enconquensado. Tres fueron sus pregones pronunciados (dos en las fiestas de San Julián y uno en Semana Santa), aunque “pregonó” las bellezas de la ciudad y su gastronomía a través de diversos artículos en prensa y radio, así como el Pregón de la Fiesta Internacional del Ajo en Las Pedroñeras de 1973.
Tico Medina, entrañable periodista y escritor granadino ((Piñar/Granada/ 11-09-1934), estuvo muy relacionado con Cuenca a lo largo de su dilatada trayectoria, gracias sobre todo a su amistad con el escritor conquense Raúl Torres, que supo atraer a Cuenca a Escolástico Medina García, más conocido por el diminutivo de Tico y su primer apellido Medina. En su juventud, Tico destacó en el desaparecido “Pueblo”, junto a “Yale”, y en su amplia carrera periodística resaltan la presentación de más de veinte programas de televisión, miles de artículos, guiones, reportajes y un sinfín de premios en su haber.
Su mochila de escritor tiene parada y fonda en Cuenca, donde pronunció los pregones de las fiestas de San Julián de los años 1975 (en la que conjugó el verbo “Cuenquear” y 1994, y hasta en 2011, quizá un tanto tardío, hizo el pregón de la Semana Santa. Ganó el Premio Ciudad de Cuenca, el “Alonso de Ojeda” y alguna otra mención, y en 1993 el “Tormo de Oro”, aunque uno de sus primeros premios en Cuenca fue el “Áspid de Oro” en diciembre de 1973.
El Premio “Áspid de Oro” lo patrocinaba el inquieto farmacéutico conquense Antonio Benítez, que tenía su “botica literaria” en la Farmacia de San Felipe, en la calle Andrés de Cabrera. Un personaje muy de Cuenca, de sus cosas y de sus gentes, que luchaba por fomentar la cultura de nuestra ciudad, junto a Raúl Torres y Antonio Virtudes, entre otros. El Premio “Áspid de Oro” era para Tico Medina, ganado para la “causa de Cuenca”.
Fue mi primera entrevista con el escritor granadino, aunque más adelante tendría el placer de conocerle en una entrega de premios en la Diputación. Cuando ganó el Premio Tico Medina, que entonces tenía 39 años, me decía que “es un premio importante que se hace en Cuenca, una ciudad a la que tanto quiero. Tenía ganas de conseguir el “Áspid” porque es un galardón muy bonito, que tiene latido y vivencia al tratarse del dolor ajeno”. Ese año 1973 había ganado Tico varios premios y solía visitar Cuenca con frecuencia: “¡Si voy muy a menudo! Lo que pasa es que muchas veces no digo nada. Suelo ir por Cuenca una vez al mes. Tengo muchos amigos y sus gentes son comprensivas y extraordinarias. Me siento muy a gusto en Cuenca”.
Al hilo de esas palabras le preguntábamos cómo un granadino ha llegado a enamorarse de Cuenca, siendo una ciudad que como se suele decir no es para ciegos: “Quizá porque tiene cosas muy parecidas a Granada o porque Granada se parece a Cuenca. Tiene un gran estilo y lo que nosotros llamamos “tirón”. Cuenca es única en el mundo”.
Pocos meses después, en marzo de 1974, volvía a entrevistar a Tico Medina, que por esas calendas presentaba el programa “ómnibus” de TVE “Todo es posible en domingo”, junto a Marisa Medina, Kiko Ledgard y Juan Antonio Fernández Abajo. En aquella entrevista Tico Medina me decía que el Premio Áspid lo iba a recibir el Viernes de Dolores, aunque también quería estar en Cuenca en Viernes Santo, como algunos años lo hizo como un turbo más junto a sus amigos de Cuenca.
En el año 2011, Tico Medina, enamorado siempre de Cuenca, con 77 años, hizo el Pregón de la Semana Santa de la ciudad que él tanto amaba. Aquí quedan algunas frases de aquella cita literaria en San Miguel, del 14 de abril:
--“Qué gran milagro todos los años cuando Cuenca se une, se reúne y se compromete... Su Semana Santa es única, irrepetible, genuina… No hay color morado como el vuestro, el color solemne morado de vuestra Pasión”
--“He oído muchos tambores pero ningunos suenan como los de Cuenca… Hoy soy un viejo Pataco que viene de la vieja tierra de la saeta a pregonar la saeta metálica de la trompeta”.
“El mundo es una turba, pero no como la vuestra. La vuestra no me turba, porque lo que quiere es tapar la otra burla, la que cada día se hace en el mundo”.
“Nunca Cuenca en vano, no. Siempre ya para mí Cuenca en vena”…
