El Centro Cultural Aguirre acogerá durante todo el mes de agosto la exposición fotográfica ‘Castilla-La Mancha al natural’, una muestra de 26 imágenes tomadas por la asociación de fotógrafos conquenses Fonasecon, fundada en 2011 e integrada por 17 fotógrafos entre amateurs y profesionales.
La galería muestra entornos naturales, flora y fauna de la provincia de Cuenca como corzos, gavilanes, hongos, carrascas y el embalse de la Toba, aunque según afirma el presidente y colaborador de la organización, José Larrosa, la exposición se englobada en un proyecto mucho más amplio que quiere llegar a captar toda la riqueza natural de la región.
Las imágenes se han tomado utilizando diversas técnicas. La mayoría de ellas son fotografías macro hechas con teleobjetivos normales y largos que permiten grandes ampliaciones de buena calidad. Algunas se han realizado con objetivos de alta velocidad, para capturar el movimiento del animal de manera nítida, y en otras se ha seguido la técnica del digiscoping, que consiste en una máquina réflex adaptada al telescopio para alcanzar hasta tres veces más que un objetivo normal.
Esta exposición en concreto lleva un año preparándose y ha sido incluida en el programa ‘Días de arte conquense’, organizado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Cuenca, aunque cuenta también con el apoyo de la Diputación y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
EDUCACIÓN AMBIENTAL
La asociación Fonasecon busca dar a conocer con su labor el alto valor medioambiental de la región y contribuir a su conservación, por eso, debajo de cada fotografía hay un pequeño texto que explica las condiciones ambientales que propician cada paraje y que, de alterarse, lo perjudicarían.
De hecho, a la hora de tomar este tipo de fotografías de naturaleza es necesario tener en cuenta la fenología y etnología de la zona así como respetar un código ético que asegure que con la obtención de la imagen no se genera daño o molestia alguna a la fauna, la flora o el paisaje. “Lo que intentamos es saber por dónde se mueven los animales y a qué horas aunque muchas veces no los localizas y tienes que volver o llega un día que te encuentras algo que no esperabas. Pero, en general, nos lleva mucha paciencia y dedicación”, explica Larrosa.
También utilizan escondites para captar escenas como la de los ciervos apareándose y, de paso, aprovechan para hacer, lo que Larrosa llama, “fotografía de denuncia”, que consiste en registrar accidentes y malas prácticas en el campo: las basuras acumuladas en paisajes como el río Cuervo, el arrancamiento de flores, animales que son envenenados o la caza furtiva. “Hay gente que se pasa y cosas que no se deberían hacer, no hay que prohibir, hay que concienciar a la gente y educarla porque lo que buscamos es que se pongan medios para que esto no suceda”, asegura el fotógrafo.