Viene de una conocida saga hostelera conquense y el amor por la cocina corre por sus venas desde muy joven. Esto, unido a su gran creatividad, la han convertido en ganadora del primer concurso de recetas del Casco Antiguo organizado por la Asociación de Vecinos. Su propuesta, los Zarajos Dulces, la ha coronado como la reina del trampantojo culinario.
Hablamos de Verónica Recuenco que regenta junto a su marido la tienda ‘Degusta Cuenca’, en la calle Alfonso VIII.
“Al principio teníamos exclusivamente los productos típicos de la tierra como el queso, el vino, morteruelo o ajo arriero que podían probar allí nuestros clientes, pero un día decidimos desmarcarnos y surgió la idea de hacer el salchichón de chocolate”. Este embutido dulce supuso un antes y un después. “Fue tal el éxito que tuve que solicitar el registro sanitario y pedir licencia para abrir mi propio obrador”.
El salchichón es en realidad una tarta de galleta de chocolate, con la tripa de azúcar glas y la cuerda de regaliz. “Se come todo y acompañado de un chupito de resoli está espectacular”, comenta Verónica.
Es un producto que tiene siempre preparado y asegura que de diez que lo prueban nueve se lo llevan.
Pero no se quedó ahí la cosa y siguió “maquinando”, sobre todo a raíz de que otros establecimientos le copiaran la idea.
Las siguientes delicatessen fueron las morcillas de chocolate con menta y piñón, con un sabor muy parecido a las chocolatinas inglesas ‘After Eight’. “Mis amigos me picaban para que hiciera más cosas y un día me decidí a cocinar lo que iba a ser un pedazo de trampantojo: el zarajo”, señala.
Así, el pasado verano, nació la que se convertiría en receta ganadora.
Los ingredientes: un centro de bizcocho, cubierta de hojaldre, palos de barquillo, un baño con mantequilla y otros ingredientes secretos y relleno de chocolate, todo ello horneado. “Tú lo ves y no lo distingues de un zarajo de carne”, dice su creadora, que reconoce que tiene más salida entre los conquenses, que alucinan con ellos, que entre los turistas “que al no saber lo que son no les encuentran la gracia”. A pesar de esto, los Zarajos Dulces han sido un auténtico boom. De momento los pone a la venta solo los fines de semana, ya que duran un par de días, “y vuelan”.
Pocos meses después llegó el concurso de recetas y una amiga le animó a presentarse. Verónica se siente orgullosa de que su postre haya pasado a formar parte de la carta del Parador y que haya recibido los elogios de los jefes de cocina de algunos de los mejores restaurantes de la ciudad.
En estos momentos espera con ilusión a que el Ayuntamiento, tal y como se ha comprometido, edite en papel el libro ‘La Cocina del Casco Antiguo’ (ahora disponible en formato digital) y pueda mostrarlo en su tienda. “Espero además que se sigan realizando este tipo de iniciativas que ayudan a dinamizar el barrio”.
Ella, por su parte, continuará creando “porque mi mente nunca para” y espera algún día poder cumplir su sueño de tener su propia fábrica y que sus exquisitas ilusiones ópticas lleguen a todo el país.