
El obispo de Cuenca, José María Yanguas, ha pedido mejorar el comportamiento del público que acude a la Plaza Mayor a presenciar los desfiles procesionales, algo a su juicio "evitable con un poco más de esfuerzo en civismo por parte de todos".
Monseñor Yangüas, que ha participado este lunes en la Junta General de la Junta de Cofradías previa al inicio de la celebración de la Semana Santa de Cuenca, ha dado un tirón de orejas a conquenses y visitantes: "no me gusta cómo queda la Plaza después de cada una de las procesiones".
Y es que cada año es constante la cantidad de basura y desperdiciones en el Casco Antiguo de la ciudad, especialmente en días como el Domingo de Ramos.
En este punto, ha reclamado "comprensión del hecho religioso que se celebra y presencia", describiendo las procesiones como “una especie de Evangelio escenificado, de proclamación del Evangelio, al menos de la parte final, que es la que tiene que ver con la Muerte y Resurrección del Señor". Las procesiones son como flashes de esos momentos de los que el Evangelio es la manifestación escrita y las procesiones, representada. Imágenes y palabras son signos de algo que se transmite, que se comunica”. Para monseñor, las procesiones son “el Evangelio en la calle”, el modo “quizá no estrictamente litúrgico que tiene el pueblo cristiano de celebrar durante siglos la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor y de representarla, de re-presentarla”. Yanguas ha animado a los nazarenos a tener presente esa idea de re-presentación cuando “subimos a la Plaza, cuando caminamos por las calles del centro, que lo que están haciendo es representar, a los ojos de los demás, lo que fueron los últimos momentos de la vida de Cristo”. Que todos “los que estáis dentro tengáis un momento de recuerdo: estoy representando la Pasión del Señor” ha deseado monseñor, quien recordaba además que el nazareno debe ser consciente de que “esto no es un teatro, no somos figurantes”.