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Volver a la sociedad tras pasar por prisión: tres de cada cuatro se reinsertan

Cáritas tiene activos dos programas para facilitar la empleabilidad de aquellas personas que cumplen condena en la cárcel de Cuenca
Centro Residencial de Cáritas. Foto: Saúl García
23/11/2024 - Paula Montero

La reinserción sociolaboral tras pasar por prisión es posible de la mano de Cáritas Cuenca. Desde el Área de Economía Solidaria y de Intervención Social la entidad humanitaria ayuda a aquellas personas que van a salir de la cárcel a encontrar trabajo y un lugar donde residir temporalmente hasta que puedan ser totalmente independientes. A través de la Fundación La Caixa trabajan el programa Preincorpora y Reincorpora mediante el que hacen un trabajo previo para dotarles de las competencias básicas necesarias para encajar en un puesto de trabajo. “Así la búsqueda de empleo es más efectiva una vez que salen”, afirma Marco Irnán, responsable del Área de Economía Solidaria. 

Desde Cáritas les facilitan información sobre cursos de formación, controlan que la persona cumpla con competencias básicas de higiene o puntualidad, valoran su capacidad para trabajar en equipo y elaboran un informe para saber qué delito ha cometido o si trabajaba o no antes de entrar y dónde para estimar en qué empresas podrían encajar, entre otras cuestiones. “No sería oportuno que una persona alcohólica trabajase en hostelería o un cleptómano en un puesto donde se maneje dinero”, ejemplifica Irnán. Todo ello se hace de manera coordinada con las trabajadoras sociales del propio centro penitenciario. 

Además, en este proceso hacia la reinserción Cáritas también les facilita un sitio donde vivir temporalmente. Concretamente, tienen la opción de utilizar una de las plazas del Centro Residencial ‘San Julián’ que Cáritas tiene en la capital. Actualmente tan solo una persona que ha salido del Centro Penitenciario de Cuenca hace uso de este servicio, aunque como máximo Cáritas ha llegado a acoger a cinco al mismo tiempo. 

 En este complejo pueden pasar como máximo 18 meses y en ese tiempo les acompañan en sus tareas diarias para que vuelvan a acostumbrarse a, por ejemplo, hacer la compra o administrar su dinero. Al mismo tiempo, de la mano de los empleados de Cáritas, trabajan la parte más social, de ocio, y les proponen actividades y talleres para que vuelvan a ser parte de la ciudad. “Hay personas que han pasado varios años en la cárcel y al salir no se acuerdan dónde están ciertos servicios o simplemente tienen que adaptarse porque hay otros que han cambiado de ubicación”, señala María del Mar Resusta, responsable del Área de Intervención Social. 

 

Cáritas Cuenca ofrece a las personas que acaban de salir de prisión el Centro Residencial ‘San Julián’, donde pueden vivir como máximo 18 meses

Eso sí, la mayoría de los presos que pasan por el Centro Residencial lo abandonan antes de agotar el año y medio que tienen de margen porque encuentran una vivienda en alquiler, aunque en los últimos años esta tarea se ha vuelto complicada por el significativo incremento de precios que ha experimentado Cuenca. “A una persona con un sueldo base que tiene que pagar 300 euros por una habitación en un piso compartido se le hace complicado poder mantenerse”, apostilla Resusta. 

En esta vivienda tienen su propia habitación y baño pero comparten el salón y la cocina con otras personas. Y es que, está abierto a todos aquellos ciudadanos o familias en riesgo de exclusión social. Por este motivo, hay presos que no pueden hacer uso del mismo ya que, si ha cometido un delito sexual o relacionado con menores no es recomendable que conviva con familias que tienen hijos y están alojadas. 

Del mismo modo, Cáritas cubre sus necesidades de manutención. Todos los usuarios del Centro Residencial, independientemente de si son personas que acaban de salir de prisión o no, comen juntos el menú que prepara el servicio de cocina diariamente.

 

 Otra de las condiciones que Cáritas establece está relacionada con los horarios y es que, pueden salir del Centro Residencial de 8:00 a 22:00 horas, aunque hay situaciones excepcionales justificadas. “Si uno de los individuos está trabajando y su horario termina después de esa hora está justificado”, comenta Resusta.

 

GRADO DE INSERCIÓN

En 2023, según datos estadísticos de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, en España había 52.698 personas privadas de liberad de las que 1.720 estaban en cárceles castellanomanchegas. De ellos, teniendo en cuenta que el 98% son hombres y el 2% mujeres, tres de cada cuatro logran reinsertarse en la sociedad a través de programas como los de Cáritas Cuenca. “Los resultados son muy buenos” subraya Irnán. Y es que, son los propios presos los que piden participar en estos programas lo que demuestra “interés y ganas”, concluye el responsable de Economía Social.